jueves, 26 de enero de 2017

La tertulia sobre "Patria" de Fernando Aramburu. El Amigo Invisible.

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Parecía que teníamos muchas ganas de vernos y de hablar sobre la novela de Fernando Aramburu. No es de extrañar lo primero pues desde el año anterior no nos veíamos. Sí, lo sé, es un chiste fácil, pero sólo lo puedes hacer en enero y por eso..., ¡hala, ya está! Pero esta entrada va sobre lo segundo: la tertulia sobre "Patria" de Fernando Aramburu. Allá voy.

Sin duda alguna la del martes 24 de enero fue una de las reuniones más concurridas desde que existimos como tertulia "más que palabras...", y ya vamos por el año 5º o 6º. Se nota el vigor y vitalidad del grupo al que últimamente se han incorporado nuevos miembros; en esta ocasión Teresa Castrillón, ya en la feliz y jubilosa etapa del retiro profesional se incorporó a la misma. ¡¡Bienvenida, Teresa. Esperamos verte en muchas más reuniones!!. En total participamos en ella catorce personas. Catorce lectores con muchas ganas de opinar, de echar nuestro cuarto a espadas, de contrastar pareceres, de amigablemente enfrentar juicios..., en definitiva, con muchas ganas de hacer tertulia.

La tertulia
Las opiniones sobre la voluminosa novela de Aramburu fueron en general favorables y laudatorias, aunque naturalmente algunas con un toque crítico, sin duda alguna necesario y saludable. Nunca, en una tertulia, estuvo tan clara la dualidad fondo - forma como en esta ocasión. Sobre el contenido de la narración: la vida en una pequeña localidad del País Vasco tras el abandono definitivo de las armas por parte del grupo armado. Como los seres humanos somos esclavos de nuestros hechos y de nuestras palabras, por mucho que desde hace cinco años en Euskadi (y en el resto de España) ETA no haya cometido atentados, las gentes que en los períodos de efervescencia los sufrieron o los cometieron siguen viviendo con esa mochila sobre sus espaldas. Y de eso va la novela, de cómo compatibilizar la vida sin acciones armadas con la responsabilidad por haberlas cometido y con el sufrimiento al haberlos sufrido. Los tertulianos pusimos en valor el abanico de personajes que pululan por el relato para representar los distintos tipos de personas que habitan y habitaban el universo vasco: el cura, el de la herriko-taberna, el activista, el no-activista, el pequeño empresario objeto del chantaje del impuesto revolucionario, los amigos que toman potes y hacen bicicleta los fines de semana...

Punto y a parte en la panoplia de personajes merecen las mujeres pues -como dijo una tertuliana- la vasca es una sociedad que se ha petrificado en el Neolítico, vamos, quería decir, que mantiene una estructura matriarcal que Aramburu refleja con maestría. Así vemos a la madre del terrorista que de maketa turolense evoluciona a activista en pro del movimiento de liberación; pero también a la mujer del asesinado que decide plantar cara dentro de sus posibilidades y no esconderse como si ella fuese culpable de algo; y por ahí están las chicas jóvenes en cuyas manos va a residir la posibilidad de reconciliación auténtica de una sociedad dividida por tantos años de fuego y sinrazón. En fin, ya dijimos allí, una maravillosa muestra de seres humanos que sufren cada uno a su manera el conflicto y la imprecisa solución del mismo.

Si lo anterior -y muchos otros aspectos más que se pusieron sobre la mesa- llenaron nuestros comentarios sobre lo que allí se contaba, el envoltorio en que tales contenidos iban envueltos fue objeto de alabanzas, explicaciones y ejemplificaciones muy interesantes que sirvieron para poner en valor una novela que por su título y tema podría parecer oportunista y que, sin embargo, se está demostrando buena literatura sobre unos asuntos poco tratados en nuestra novelística. Sería prolijo hablar de la parte formal por lo que sólo enumeraré algunas de las cosas que comentamos en tertulia tan animada: la estructura, el narrador/es (omnisciente, equisciente, objetivo, testigo...,), el punto de vista (novela coral), la difuminación de los límites entre géneros literarios (en la novela hay recursos teatrales -acotaciones, diálogos dramatizados...-), la violencia sintáctica y morfológica que causa agradable sorpresa en los lectores, la utilización de diversos estilos narrativos que con frecuencia se mezclan sin previo aviso (estilo directo, indirecto, indirecto libre...), etc., etc. También aquí, en lo formal, la novela es una maravillosa muestra de talento narrativo, de lenguas (castellano, euskera, interferencias entre una y otra), de modismos, de localismos...

Bueno, la tertulia, ya lo he dicho varias veces, fue muy entretenida, muy viva, muy participativa, y creo que a todos nos dejó un buen sabor de boca. Queremos que en un futuro abunden reuniones como la del martes 24 de enero cuando "Patria" de Aramburu nos motivó no sólo a circunscribirnos a su relato sino que gracias a él saltamos a aspectos que algunos de los allí presentes vivieron en Euskadi durante esos años terribles: El silencio como respuesta social a la muerte injusta, el aquí no pasa nada, el algo habrá hecho el muerto...
[Nota: En esta ocasión mi reseña sobre "Patria" de Fernando Aramburu lleva colgada en mi blog desde el mes de octubre cuando la leí. Os invito a leerla pinchando aquí.]

Elección de lectura, día, hora y lugar para la tertulia de febrero
Animadísimos por el fruto que la tertulia había dado, iniciamos la habitual ronda de consultas de cara a establecer qué título leeríamos y cuándo. Se pusieron sobre el tapete títulos como "Las chicas" de Emma Cline, "El azar y viceversa" de Felipe Benítez Reyes, "El verano sin hombres" de Siri Hustvedt y algunos más. Se procedió a votar los títulos y a la primera ganó por goleada el de Felipe Benítez Reyes, que por lo tanto será nuestra lectura tertuliana para el mes de febrero.

El día elegido para la reunión fue el 27, lunes. La hora, la de siempre: las 19:00. Y sobre el lugar hubo dudas pues aunque a la mayoría el trato y espacio de 'El Café del Rey' nos resulta agradable y satisfactorio, sin embargo hay tertulianos que consideran su ubicación en Paseo del Rey, 22, algo a trasmano. Como somos de naturaleza discutidora se habló algo sobre este extremo pues a la mayoría el local donde nos encontrábamos nos parece de lo mejor que hemos encontrado hasta el momento. Concluímos, para finalizar, que este importante extremo lo dejábamos un poco en suspenso y que si los que más apoyan la mudanza de local encuentran otro interesante y más adecuado nos lo transmitan para que la convocatoria del 27 de febrero de 2017 a las 19:00 horas quede debidamente completada.
Corriendo la lista correponde a las hermanas Tena, Teresa y Margarita, la elección y recitado de poemas para esta próxima reunión.

El amigo invisible
Habían pasado ya dos horas largas cuando caímos en la cuenta de que si bien los pinchos y las bebidas los habíamos consumido, se nos había  olvidado algo: el Amigo Invisible que como colofón a la Navidad recién finalizada venía a regalarnos. Procedimos al reparto de obsequios entre los asistentes y todos quedamos más que satisfechos por el libro que no se sabe quién había pensado con atención y cariño para cada uno de nosotros.

Aunque bien visible pero muy amiga, Mercedes nos hizo un regalo a cada uno de nosotros, un poema  de Constantino Kavafis. Y, como educadora que fue, nos puso una tarea para la tertulia del mes de febrero: ¿qué es, qué quiere significar, a qué se refiere el poeta con esa "Ítaca"? Bueno, pues ya sabemos, a leer el precioso poema, muchas muchas veces, para intentar penetrar en el sentido que el poeta pretende comunicar, o desentrañar alguno que, ignorado incluso por el autor, allí se esconda.

"Ítaca"

Cuando emprendas tu viaje a Itaca 
pide que el camino sea largo, 
lleno de aventuras, lleno de experiencias. 
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes 
ni al colérico Poseidón, 
seres tales jamás hallarás en tu camino, 
si tu pensar es elevado, si selecta 
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo. 
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes 
ni al salvaje Poseidón encontrarás, 
si no los llevas dentro de tu alma, 
si no los yergue tu alma ante ti.


Pide que el camino sea largo. 
Que muchas sean las mañanas de verano 
en que llegues -¡con qué placer y alegría!- 
a puertos nunca vistos antes. 
Detente en los emporios de Fenicia 
y hazte con hermosas mercancías, 
nácar y coral, ámbar y ébano 
y toda suerte de perfumes sensuales, 
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas. 
Ve a muchas ciudades egipcias 
a aprender, a aprender de sus sabios.


Ten siempre a Itaca en tu mente. 
Llegar allí es tu destino. 
Mas no apresures nunca el viaje. 
Mejor que dure muchos años 
y atracar, viejo ya, en la isla, 
enriquecido de cuanto ganaste en el camino 
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.


Itaca te brindó tan hermoso viaje. 
Sin ella no habrías emprendido el camino. 
Pero no tiene ya nada que darte.


Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado. 
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia, 
entenderás ya qué significan las Itacas.


El recitado de poemas
Y aunque ya era hora avanzada Mercedes y Carmen Sánchez quisieron recitar los poemas que llevaban preparados para la tertulia. Curiosamente -la vida tiene estas casualidades, amigos- ambas trajeron poemas de Luis Cernuda. Unos muy hermosos poemas que os quiero entregar en texto y recitados, aunque el recitador sea yo, pues no tenía otro mejor a mano.

Si el hombre pudiera decir lo que ama

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
Los marineros son las alas del amor

Los marineros son las alas del amor,
son los espejos del amor,
el mar les acompaña,
y sus ojos son rubios lo mismo que el amor
rubio es también, igual que son sus ojos.

La alegría vivaz que vierten en las venas
rubia es también,
idéntica a la piel que asoman;
no les dejéis marchar porque sonríen
como la libertad sonríe,
luz cegadora erguida sobre el mar.

Si un marinero es mar,
rubio mar amoroso cuya presencia es cántico,
no quiero la ciudad hecha de sueños grises;
quiero sólo ir al mar donde me anegue,
barca sin norte,
cuerpo sin norte hundirme en su luz rubia.