miércoles, 31 de mayo de 2017

"Cabaret Biarritz" de José C. Vales. La tertulia

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El pasado 30 de mayo inauguramos la temporada de tertulias estivales. Quiero decir que por vez primera en este 2017 la reunión la hicimos al aire libre. Concretamente regresamos al kiosko "La Perla" del Paseo de Rosales. Hacía tiempo que no nos sentábamos en su terraza, que, en principio, encontramos  algo más agradable que antaño -la amabilidad del camarero tuvo mucho que ver en esta apreciación-, aunque al final, a la hora de pagar las consumiciones, nos pareció algo más cara que antes. Pero, insisto, el lugar de reunión elegido, es francamente idóneo para una relajada y desenfadada tertulia.

De los tertulianos, en esta ocasión, estuvimos diez. Un buen número, un número perfecto, una cifra redonda. Los que faltaron fue por razones de salud (¡ay, los años!) o por lo viajeros que en esta etapa feliz de la jubilación nos volvemos todos. Pero paso ya a hablar de la tertulia.

Ana dio inicio a la la misma al haber sido ella la proponente de la novela que nos convocaba. Las razones de su propuesta, a mí al menos, me convencieron en su totalidad: En primer lugar, la casualidad y la afición que tiene de consultar en prensa los listados que aparecen sobre los mejores libros de un año, de un momento, de una revista cultural, -en este caso "Babelia"-, le dieron a conocer el nombre del autor y el título de la novela. En segundo lugar, le atrajo la personalidad del escritor: zamorano, nacido en 1965, licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca, traductor, con una sola novela en su haber antes de ésta que ganó, nada más y nada menos, que el Premio Nadal en su edición 2015. Todo esto la llevó a buscarla en la biblioteca y a leerla. De la experiencia lectora salió encantada y ella, excelente amiga y compañera, decidió (¡muchas gracias, Ana, por ello!) compartirla con todos nosotros. Dio luego su valoración sobre la obra, que fue positiva, como la de todos los allí presentes.

Nos gustó la 'trampa' que el autor tiende a los lectores. Juan Dionisio preguntó en qué momento cada uno nos percatamos de la impostura de toda esa bibliografía. Fue divertido ese momento tertuliano. El capítulo de los parabienes hacia el autor y su obra fue largo: Nos gustó toda la literatura que la novela contiene en su interior (literatura clásica española y extranjera). Nos agradaron las técnicas narrativas empleadas, exhibidas y hasta justificadas por el autor a través de los distintos narradores que, en el juego de 'cajas chinas' que la novela es, aparecen. Disfrutamos mucho, mucho, con las abundantes notas de humor que en "Cabaret Biarritz" existen, muchas de ellas literarias. El estilo paródico tan parecido al de "El Quijote" aunque apuntando esta vez hacia el gremio profesoral y erudito-académico en el que el propio autor está incluido es un punto -bueno, al menos, a mí me lo pareció- muy a su favor. Pero lo que casi nos gustó  más fue esa galería de personajes ("es una novela de personajes", vinimos a concluir) cada uno con su registro idiomático, con su punto de vista sobre unos mismos hechos (técnicas de "perspectivismo" o "focalización múltiple")... Y muchas cosas más que en una crónica breve y rápida no tienen cabida [como acostumbro, en mi blog señalo aspectos de este relato que me han llamado mucho la atención. Si la queréis leer pinchad aquí].

En los elementos negativos también hubo bastante coincidencia. A la mayoría disgustó el excesivo número de notas por la dificultad añadida que impone a la lectura del relato. Aquí, de nuevo Juan Dionisio aportó un dato interesante al decirnos a aquellos que lo habíamos leído en versión digital que en el formato papel estas anotaciones se leen estupendamente ya que la disposición tipográfica de las mismas en la página no desanima de su lectura. Mamen destacó como fallo, error o inverosimilitud que se omitieran alusiones a una época tan convulsa en Europa como fueron los últimos años 30 y primeros 40 del siglo pasado, momento en que tienen lugar las entrevistas que constituyen el relato. Yo, Mª Jesús y algún otro apoyamos esta idea. Sin embargo, en mi caso, quiero corregir esta apreciación pues si se lee de nuevo la introducción -como yo he hecho para hacer mi reseña- se ve que sí hay, si no bastantes, sí suficientes referencias a esos años terribles.

Próxima lectura y próximos juglares
Margarita propuso la lectura de la novela "Plegarias nocturnas" del colombiano Santiago Gamboa para el mes próximo. También se puso sobre la mesa otro título: "Póstumo, el transmigrado" del puertorriqueño y español Alejandro Tapia y Rivera, que aquí anoto para que no se nos olvide.
 Sobre cuándo reunirnos y despedirnos hasta septiembre, nuestra condición diletante y de desocupados provoca que las fechas gratas a la mayoría sean, debido a nuestros viajes y compromisos diversos, con frecuencia excasas. En esta ocasión los 30 días de junio han sido pocos días para nosotros. Total que la reunión de junio la haremos en julio, concretamente el 3 de julio a la hora que indicaremos oportunamente dado que en esta última reunión solemos irnos de merienda-cena para cerrar el curso tertuliano 'comme il faut'. Solemos quedar a eso de las 20:15 o así para primero comentar la novela y luego comenzar a cenar. Pero como todavía no sabemos con exactitud dónde iremos o, al menos, yo no me enteré bien diremos oportunamente ambos extremos: Lugar y Hora.

En cuanto a los juglares de Junio, el turno corresponde a Maru pues en mayo ha sido Juan Carlos (¡vamos, yo mismo!) quien cubrió esta parcela por anunciada y justificada incomparecencia de la misma. Como vate reserva estaría Mary Luz, aunque no sabe si podrá ese día, parece que me dice. Bueno, la cosa queda así.

Rincón poético
Como acabo de decir ante la ausencia de Maru que se encontraba por donde los del Brexit fui yo quien hizo el recitado. Para esta ocasión elegí tres poemas de tres poetas vivos de nuestra aproximada generación: José Luis Puerto, un poeta compañero mío de Facultad y colega de profesión; Luis García Montero, afamado poeta que últimamente se ha pasado a la novela pues su compañera Almudena aporta más a casa con sus novelas que él con sus poemas y... ¡¡ya está bien, Luis!!; y, por último, Luis Alberto de Cuenca, un poeta que me agrada porque en su poesía mezcla lo transcendental con lo cotidiano creando interesantes efectos poéticos: irónicos y divertidos.

Como siempre os coloco los poemas en letra y recitado de viva voz. Perdón por los defectos que en la declamación podáis apreciar. Y sin más allá van:

Caballos
(José Luis Puerto)


Que vuelvan los caballos
Del tiempo a mi jardín,
Que pasten en las hondas
Praderas de mi pecho.
Nutre como la sangre
La roja hierba de mi corazón
. Siento aún el galope velocísimo
De esos latidos que me llevan siempre
A aquel jardín lejano,
A aquel espacio virgen
Lleno de castañares, de granito
De enciclopedias que atesoran
Los enigmas del tiempo.
Que vuelvan los caballos,
Tengo caminos para su galope
Que llevan a un jardín, a mi jardín
Con rosas de inocencia, con aromas
Que atraen las caracolas del recuerdo,
Tengo praderas en el mapa mudo
De la niñez,
Allí qué pastos hallarán, qué arroyos
En que abrevar felices,
En que calmar la sed
Del pasado, tan lejos;
Aún tienen hierba mis laderas prístinas
Y el agua de la vida aún las riega.
Que vuelvan los caballos
Del tiempo a mi memoria,
Que traigan los recuerdos
En alforjas de magia;
Hace tiempo que espero su galope
Por las secretas vías de mi infancia,
Hace tiempo que esperan mis oídos
Escuchar su galope;
Están de mi jardín las puertas bien abiertas
Y en las altas planicies de mi pecho
No existe ningún muro
Para impedir su paso.
Si vienen les daré las rosas de mi sangre.
(“Un jardín al olvido”, 1987)
Life vest under your seat,
(Luis García Montero)


Señores pasajeros buenas tardes
y Nueva York al fondo todavía,
delicadas las torres de Manhattan
con la luz sumergida en una muchacha
triste,
buenas tardes señores pasajeros,
mantendremos en vuelo doce mil pies de
altura,
altos como su cuerpo en el pasillo
de la Universidad, una pregunta,
podría repetirme el título del libro,
cumpliendo normas internacionales,
las cuatro ventanillas de emergencia,
pero habrá que cenar, tal vez alguna copa,
casi vivir sin vínculo y sin límites,
modos de ver la noche y estar en los
cristales
del alba, regresando,
y muchas otras noches regresando
bajo edificios de temblor acuático,
a una velocidad de novecientos
kilómetros, te dije
que nunca resistí las despedidas,
al aeropuerto no,
prefiero tu recuerdo por mi casa,
apoyado en el piano del Bar Andalucía,
bajo el cielo violeta
de los amaneceres de Manhattan,
igual que dos desnudos en penumbra
con Nueva Cork al fondo, todavía
al aeropuerto no,
rogamos hagan uso
del cinturón, no fumen
hasta que despeguemos,
cuiden que estén derechos los respaldos,
me tienes que llamar, de sus asientos.
(“Habitaciones separadas”, 1994)
El desayuno
(Luis Alberto de Cuenca)

Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno».
(De “El hacha y la rosa”, 1993)

Hasta la próxima crónica

lunes, 1 de mayo de 2017

"Las chicas" de Emma Cline. Crónica de la tertulia

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El jueves 27 por la tarde hacía fresco. En "El Café del Rey" nos habían anunciado que en cuanto colocasen la terraza -¡estaba colocada la terraza!- cerrarían o no atenderían la parte trasera del local donde solemos celebrar nuestras tertulias. Pero ya digo, hacía fresco; afortunadamente para nosotros, pues hablar junto al tráfago del tráfico de esa zona exige de buenos pulmones y cuando hace frío todos deseamos dar por concluído lo que apenas ha comenzado. Pero ya digo: hacía fresco.

El amable camarero que nos suele atender lo fue aún más aún si cabe en esta ocasión: nos abrió la sala, nos sirvió con diligencia y nos quitó la música que sonaba briosa cuando entramos y de la que nos temíamos lo peor. Pero ya digo, quizás el frío exterior contribuyó a la calidez interior. En el local apenas si había alguien más que nosotros mismos. Bueno, la tertulia tenía todos los requisitos ambientales para un buen desarrollo. Y así fue.

A las siete de la tarde ya estábamos presentes una decena de asistentes. Como el día siguiente era la víspera del largo puente del 1 de mayo y muchos iban a emprender viaje a lejanos destinos decidimos no demorar el inicio de la sesión. Así que rápidamente nos lanzamos sobre "Las chicas" que en esta ocasión, ¡las pobres!, no salieron muy bien paradas en opinión de muchos de los que allí estábamos que en general manifestamos nuestra desafección para con la novela por varios motivos: la historia relatada no logra enganchar, los personajes resultan vacíos y evanescentes, hay un grado de inverosimilitud grande en el relato, no aguanta la novela ni siquiera unos buenos trayectos en metro, las historias de adolescencia por reiteradas ya resultan cansinas, es un relato plagado de tópicos, no hay ninguna crítica ni enjuiciamiento alguno sobre los hechos que se novelan...

Pero también hubo compañeras (en esta ocasión paso decididamente al género femenino dada la minoría de 9/1 en que me encontraba) que salvaron la novela por razones varias: estudio psicológico interesante de los diversos personajes y, en especial, de Evie Boyd, la protagonista; relato muy, muy duro; la manera de escribir es amena y engancha; hay descripciones francamente hermosas; es más que salvable la velada alusión al demonio, a la fiera interior, que anida dentro de nosotros y que en cualquier momento puede despertar de manera terrible; la ausencia de referencias explícitas a los hechos reales que se ficcionalizan es oportuna porque están en la mente de los lectores (esta afirmación y su argumentación fue muy cuestionada por varios de los que allí estábamos); etc.

En lo que vinimos a coinicidir todos fue en que formalmente la novela es, salvando algunas descripciones logradas y poco más, un producto plano. Es más, la estructura del contenido en dos historias, una próxima a nuestro hoy y otra situada en 1969, se ve algo forzada y como único recurso para justificar hablar del pasado. Pero falta la debida fluidez. [De esto y de alguna cosilla más sobre la autora y su novela hablo en mi blog. Pinchar aquí]. También hubo unanimidad al hablar de la bisoñez de la escritora y su espectacular salto al Parnaso literario con una única obra valorada ya, así de primeras, en dos millones de euros y con los derechos cinematográficos vendidos (¡Madre mía. Tendrá buenos padrinos esta chiquilla!)

En fin, así, entre dimes y diretes, entre sorbo y sorbo de las bebidas y refrescos consumidos, y entre bocado y bocado de los canapés que "El Café del Rey" tuvo a bien poner sobre la mesa, fue discurriendo la tertulia que resultó agradable y animada. A veces, vinimos a concluir, novelas que no alcanzan la excelencia dan más juego que otras en las que, por lo que sea, la coincidencia y unanimidad es total.

Próxima lectura
Ana propuso leer para  la tertulia correspondiente al mes de mayo la novela del zamorano José C. Vales, "Cabaret Biarritz". Esta novela ganó el Premio Nadal en 2015. Todos aceptamos la propuesta y decidimos citarnos, para hablar sobre ella, el próximo día 30 de mayo, martes, a las 19:00 horas. Como esperamos que para esas fechas el tiempo se haya tranquilizado nos desplazaremos hasta la terraza "La Perla" en el Pº de Rosales y allí, a la vera del Parque del Oeste, ajustaremos cuentas con este zamorano. Hasta entonces, pues.

Antes de pasar a escuchar el poema elegido para esta fecha, recordamos el nombre del tertuliano al que corresponde elegir y recitar poema durante la tertulia del mes de mayo. Por turno es Maru la tertuliana que nos traerá un poema a la tertulia. Como reserva, por si acaso Maru no pudiese acudir, queda Juan Carlos, o sea, yo.

Rincón poético
En esta ocasión correspondía ocupar este rincón a Mamen que trajo a la tertulia -y declamó a las mil maravillas- un hermoso poema de Max Aub escrito o publicado el 8 de agosto de 1941. Se titula "Cuestión bizantina".

Junto al poema escogido por Mamen he colocado otro que leyó Cecilia perteneciente a Felipe Benítez Reyes. Se titula "El dibujo en el agua" y también es muy hermoso.
 [Ruego a ambas recitadoras disculpen -si así lo consideran- el recitado que hago e incorporo en audio a la letra de sus respectivos poemas]

“Cuestión bizantina”
(Max Aub)


La playa ¿es orilla
de la mar o de la tierra?
Conseja bizantina.
La orilla del bosque
¿es su límite o del llano borde?
¿Qué frontera separa
lo tuyo de lo mío?
¿Quién acota la vida?
¿Vives hoy o mañana?
Raíz, tallo, flor y fruto
¿dónde empiezan y acaban?
El mantillo
¿es orillo
del ramaje muerto,
del renuevo
o del retorcido
helecho nuevo?
Cuestión bizantina.
Importa la orilla,
dormir limpio en ella.
(No somos tú y yo,
sino el hilo impalpable
que va de tu presencia
a la mía.)
Límites y fronteras
se agostarán un día.
Sin orillo ni orilla
¿qué más da de quién sean
los cachones, la arena?
La playa es orilla
de la mar y de la tierra,
nunca frontera:
Nada separa,
Nada se para.
Palabra.
"El dibujo en el agua"
(Felipe Benítez Reyes)


Bien sabes que estos años pasarán,
que todo acabará en literatura:
la imagen de las noches, la leyenda
de la triunfante juventud y las ciudades
vividas como cuerpos.

Que estos años
pasarán ya lo sabes, pues son tuyos
como una posesión de nieve y niebla,
como es del mar la bruma o es del aire
el color de la tarde fugitivo:
pertenencias de nadie y de la nada
surgidas, que hacia la nada van:
ni el mismo mar, ni el aire, ni esa bruma,
ni un crepúsculo igual verán tus ojos.

Un dibujo en el agua es la memoria,
y en sus ondas se expresa el cadáver del tiempo.

Tú harás ese dibujo.

Y de repente
tendrás la sombra muerta
del tiempo junto a ti.