martes, 15 de febrero de 2022

14 de febrero de 2022. De tertulia con Juan Gabriel Vásquez y su "El ruido de las cosas al caer"

2 comentarios:

 Tras la enorme satisfacción con que celebramos el Año Nuevo en enero, volvimos a La Tape, en la calle de San Bernardo esquina Manuela Malasaña. Al ser nuestra reunión a las seis de la tarde el local estaba vacío y durante cerca de dos horas largas pudimos charlar e intercambiar opiniones sobre la novela del colombiano Juan Gabriel Vásquez a nuestras anchas.

Aguardando la arribada de los diez tertulianos que habíamos confirmado nuestra presencia en La Tape, los presentes fuimos dando salida verbal a títulos de novelas que por hache o por be nos habían satisfecho a unos u otros. Quizás -pensamos- alguno de los allí expuestos podría ser elegido al final de la reunión como próxima lectura. Los libros que sacamos a colación fueron, si no recuerdo mal -y si alguno se me escapa ruego indulgencia plenaria por vuestra parte-, los siguientes:

  • La señora March de Virginia Feito 
  • Arde este libro de Fernando Marías
  • Tokio, Estación de Veno de Yu Miri
  • El colibrí de Sandro Veronese
  • Casi nunca de Daniel Sada
  • La batalla de Patrick Rambaud
  • Teoría de la gravedad de Leila Guerriero


La Tertulia
Dejamos el asunto de elección de lectura en suspenso hasta el final de la tertulia y procedimos a dar nuestro parecer sobre la novela que nos convocaba



"El ruido de las cosas al caer"
Rompió el fuego Cecilia al haber sido ella quien propuso la lectura. Manifestó su completa satisfacción con la novela. Destacó especialmente el ritmo que contenía, la especie de crónica o reportaje sobre la Colombia de unos años del siglo pasado que es, la belleza del lenguaje empleado, la semejanza en cierto modo de su contenido con otras historias como la de la película Maixabel, que había visto recientemente, e incluso la de la novela de Philippe Claudel que comentamos en la tertulia anterior. Tal similitud la refería Cecilia a la propia esencia de las guerras, al sinsentido de las mismas, y al inmenso mal que provocan en seres que sin  provocarlas se ven arrastrados e inmersos en ellas sin ser muy conscientes de ello. Pero sobre todo Cecilia comentó lo mucho que le había gustado el final abierto que deja la novela.

Como es tradición en esta ya longeva Tertulia tras hablar la proponente el resto de sus miembros fuimos interviniendo ordenadamente añadiendo ideas, contradiciendo algunas de las dichas por otros, y siempre disfrutando con la literatura. Varios destacamos la enorme presencia de colombianismos, vocabulario propio del país del escritor. A algunas les pareció cansina tal proliferación lo que provocó que la novela no entrase adecuadamente en ellas. A otros, por ejemplo a mí -así lo señalo en la reseña que sobre la novela tengo publicada en mi blog  y que podéis leer aquí si os apetece-, por el contrario gustó esta proliferación de léxico de la zona siendo un elemento más a disfrutar en la lectura.

Nos detuvimos un poco en la consideración sobre si la novela destilaba dolor y tragedia. Hubo diversidad de opiniones sobre esto: quienes no la vieron en el escrito y quienes la vieron en exceso. Fue interesante este debate.  Tan interesante como la manifestación que una tertuliana hizo sobre la presencia de sonidos y silencios en el relato. Enlazaba esta opinión con el sentido del ritmo presente en la novela y hasta con el propio título. Esta dualidad sonido-silencio es patente en el caso del personaje Ricardo Laverde y por extensión en toda la sociedad colombiana que ante el imperio del narcotráfico en el país se mueve dentro de un "silencio a voces": todos lo saben, pero nadie lo dice. De aquí esa frase destacada por algunas tertulianas que es esencial en la novela: «Que todos eran unos inocentes, eso me dijo. No que eran inocentes, no, sino unos inocentes». Esta afirmación nos pareció a todos central y fundamental en la narración.

Según avanzaban las intervenciones de quienes en La Tape estábamos se iba viendo, como es natural, la existencia de dos pareceres sobre la El ruido de las cosas al caer: "Gustó" versus "No gustó". Suele ser así, y está bien que así sea, pues es la manera de que el debate amistoso exista y la conversación sea enriquecedora. Los primeros, además de lo señalado ya en esta crónica, destacaron la enorme cantidad de literatura que contiene la novela. Autores de todos los tipos, citados como los colombianos ilustres e incluso sin citar como el propio Cervantes a quien se entrevé en algún momento. Por mi parte yo no pude menos que criticar la tópica alusión a "El principito" de Saint d'Exupery, seguramente -dijimos- por eso de que Ricardo Laverde fuera piloto; pero así y todo no nos pareció su dedicación profesional mérito suficiente para aparecer, más bien concluimos que era una concesión a la galería (ja, ja...).

Entre los motivos expuestos por los más o menos disconformes con el relato estaban, además de los señalados hasta este momento, los 'blancos' que deja el autor; este proponer y no concluir es una especie de trampa, sólo una añagaza para atrapar a los lectores. Tampoco gustó a algunas esa especie de omnisciencia mostrada por el narrador. Este punto sumamente interesante en mi opinión no fue suficientemente comentado por los que allí estábamos. Al haber sido puesto sobre la mesa al final de la tarde, el cansancio ya nos podía, y no se entró debidamente en él a pesar de, al menos en mi opinión, tener un interés grande.

También hacia el final de la tertulia se entabló un animado debate sobre si el hecho de que el narrador, Antonio Yammara, no telefonease a su mujer la noche que se ausentó de la casa matrimonial era coherente, verosímil o no. Hubo opiniones para todos los gustos. Una gozada. ¡Qué bonito es conversar, chicas!

Como podéis ver el libro en cuestión dio juego, mucho juego. Y eso que quedaron en el tintero muchísimos aspectos, igual que a mí en esta crónica se me habrán pasado por alto algunas opiniones vertidas en la reunión del lunes 14 de febrero, Día de los Enamorados (celebración algo cursi pero...).



La próxima tertulia
De los siete títulos que al inicio de la Tertulia salieron a colación debíamos de elegir uno. Por mayoría se decidió que leeríamos "El colibrí" de Sandro Veronesi. Esta novela fue propuesta por Inma quien nos aseguró que está disponible en la mayoría de las bibliotecas madrileñas. 

El encuentro lo fijamos para el día 21 de marzo a las 18:30 en el Hotel Ibis de la calle Manuela Malasaña. No es la primera vez que hemos hecho tertulia en ese lugar que nos agrada por muchas cosas: está céntrico, no hay mucha gente, y siempre que hemos acudido allí nos han tratado muy bien.

Y nada más, chicas. Deseo que paséis un buen mes. Leed mucho y disfrutad aún más de todo aquello que os agrade:  

¡¡Colligo virgo rosas!!