Puntuales como nunca se había visto, antes de las 7 de la tarde prácticamente todos estábamos sentados en el "Vergüenza ajena" degustando bebidas acompañadas de unas moradas patatas fritas que, ¡naturalmente!, prometían dar color a la velada.
En esta ocasión tan sólo Carmen Sánchez faltó a la cita y eso por causas totalmente ajenas a su voluntad, pues sufrir un resbalón de "narices" no es para tomárselo a broma, y más con el dolor que suele ir asociado a los golpes en esta, siempre algo prominente, parte del rostro.
Metidos de lleno en el intercambio de opiniones sobre el relato de la nigeriana afincada en USA, Chimamanda, pronto se vio que la novela había gustado a una mayoría de los asistentes, aunque, salvo contadas excepciones, apenas si había enamorado a alguien. Muchos que la defendían utilizaban como justificación fundamental la excepcional valía de su otra novela anterior, "Medio sol amarillo", en la que narra la lucha de Biafra por conseguir una república independiente de Nigeria, y la consecuente guerra civil que segó la vida de miles de personas. Mientras que este relato les había entusiasmado, "Americanah" se había quedado muy por debajo de sus expectativas.
Entre los tertulianos los hubo que hablaron a plena satisfacción del libro al que salvaban por muchos motivos: su estructura, su frescura en los diálogos, su denuncia del problema negro en los EE UU, su planteamiento femenino (¿feminista quizás? No sé), el problema de la emigración, la situación de ilegal en un país que no es el tuyo, etc., etc. Pero incluso quienes vieron sobre todo virtudes en la obra achacaron a la misma un exceso de páginas que en gran medida eran repetitivas.
Los que manifestaron su enojo con la novela lo hicieron fundamentalmente porque la misma no les había dado a conocer nada nuevo para un españolito de a pie, pues nosotros -al igual que los nigerianos, por lo leído- de corrupción política sabemos un montón, de población de clase media bien preparada que debe de emigrar para encontrar trabajo no te digo, de trabajos infames en los países de recepción que muchos jóvenes han tenido que tomar para poder vivir pues también... Quizás los disidentes de Chimamanda esperábamos acabar sabiendo más de Nigeria, pero no hubo caso. Al acabar la novela, de Nigeria no sabemos prácticamente nada. Y de la Nigeria actual con su gravísima problemática religiosa con la facción criminal y asesina de Boko Haram nada de nada, pues la autora ni la cita; diríase que Nigeria no tiene más que una confesión religiosa, la cristiana, y que la meta de la mujer nigeriana -véase la tía Uju- es la de conseguir un hombre que la tome de amante y la provea de cuanto ella desee. Eso sí, por contra, de problemas pilosos, en especial de cabelleras rizadas foscas muy afros acabamos sabiendo un montón.
La tertulia fue muy viva y en ella se desató un interesante intercambio de opiniones sobre cuál era la finalidad perseguida por la autora al escribir su obra: que si su intención no era la denuncia social y/o política de su país, que si la autora sólo quería plantear el problema de un negro africano en USA entre blancos y negros americanos y afroamericanos, que si lo importante era que la protagonista Ifemelu -evidentemente la autora Chimamanda- era una mujer que se libera de la dependencia de la mujer nigerianarespecto al hombre, que si lo más interesante era ese estilo de escritura tipo blog mezclado con el de la narración tradicional, que si el destinatario esencial de la novela era un lector mujer más que un lector hombre, que si...., ¡qué sé yo cuántas más cosas se pusieron sobre el tapete en una, ya digo, viva e interesante tertulia literaria!
Próxima lectura y próxima cita
Agotado el asunto Chimamanda-Ifemelu pasamos al habitual momento en que los contertulios nos recomendamos lecturas los unos a los otros.
Se habló de Alan Bennet ("Dos historias nada decentes", humor), de John Bart ("El plantador de tabaco", algunos blogs literarios la califican de excelente), de Robertson Davies ("El quinto en discordia", "El mundo de los prodigios"), de Modiano, y muchos otros autores y títulos más. Hubo contertulios que se lamentaron de que se nos iba el año 2014 sin haber leído ningún título situado, o que hablase, de la contienda.
Por fin, llegada la hora de la despedida y antes de partir, establecimos el título que comentaremos en nuestra próxima cita. Este será "Nos vemos allá arriba" de Pierre Lemaitre. Se trata de una novela galardonada con el Premio Goncourt, ensalzada por los críticos y convertida en un auténtico fenómeno editorial en Francia —donde ya ha superado el medio millón de ejemplares vendidos—. La novela es un emocionante canto a la capacidad de superación del ser humano y, a la vez, un fresco y atrevido retrato de una sociedad descompuesta por uno de los más crueles inventos del hombre: la guerra. Y al tratarse de la de 1914, la laguna que antes algunos habían lamentado podría quedar cubierta a través de esta narración publicada por la editorial Salamandra y también disponible en e-book.
Quedamos en vernos el día 15 de diciembre a las 18:30 horas en el café librería "Vergüenza ajena" de la calle Galileo.
Hasta entonces, felices lecturas.