jueves, 24 de octubre de 2019

Octubre. Comentamos "Sólo las bestias" de Colin Niel

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Este cronista llevaba sin ver a los compañeros de tertulia por unas u otras cosas desde el pasado mes de junio. Nada más y nada menos que cuatro meses. Mucho tiempo, desde luego. Por ello mucho deseaba verlos a todos en una nueva cita lectora. Todo llega en esta vida, sólo basta con aguardar. Así, el pasado martes 22 me reencontré entre besos y saludos con los miembros de esta Tertulia de ya dos lustros de existencia. 

Salvo María Jesús y Margarita que no pudieron asistir, todos los asistentes, antes de la hora habitual -las 19:00 horas-, estábamos en amigable charla sentados en torno a las inamovibles mesas del Ibis de Manuela Malasaña. A la alegría del reencuentro se unía en esta ocasión la celebración del Santo de Teresa, señalada en el santoral el pasado 15 de octubre, día que, además -¡hay que ver, Teresa, lo unida a los libros que de siempre estás tú!- Planeta falla su celebrado Premio literario. Desde aquí de nuevo reitero mi felicitación a la amigable tertuliana, al tiempo que en nombre de todos le agradezco la invitación que nos hizo a unos pinchos fríos y calientes regados con un vino blanco que se bebía divinamente. ¡¡Gracias, Teresa!!

En seguida comenzamos a hablar de la novela que nos reunía. Tomó la palabra, Inma, que fue quien propuso su lectura. Habida cuenta de los whatsaps que unos y otros nos habíamos cruzado a propósito de la traducción al castellano de la obra, escrita originalmente en francés, quiso Inma señalar las numerosas y graves deficiencias cometidas en la traslación al castellano. Lo hizo con seriedad y una profusa documentación en la que comparaba algunos vocablos y/o frases del original francés y la traducción al español ofrecida por la traductora Isabel Fuentes García. Desde luego aunque algunos durante la lectura habíamos notado alguna deficiencia el hecho de  verla tan bien señalada por Inma nos hizo tomar conciencia del tremendo daño que a la novela, que en líneas generales había sido del agrado de todos, le había hecho semejante mastuerzo (permítaseme el calificativo que le aplico a la traductora).

Tras hablar de los problemas que a menudo ocasionan las traducciones deficientes como ésta unidos a las malas presentaciones de los textos que, también en ocasiones, conllevan los formatos digitales que cada vez con mayor frecuencia utilizamos los lectores, pasamos ya de lleno al comentario de la novela "Sólo las bestias" del francés Colin Niel.

Como ya he dicho, en líneas generales la novela fue objeto de buenas palabras por parte de la mayoría. Había agradado la presentación y distribución de la historia contada a través de cinco voces distintas que hablan desde su yo personal justificando cada una su actuación en lo sucedido y sus actitudes vitales. También la ubicación del relato en un medio rural apartado e inhóspito cual es la zona de "les Causses" franceses pareció a todos muy adecuado para entender el comportamiento de unos personajes que viven muy aislados y que arrastran de siempre agravios que se resisten a olvidar y que vienen a justificar en parte sus conductas.

En cuanto a los asuntos tocados en la novela, todos destacamos como nuclear el del abandono del medio rural que Colin Niel denuncia al presentar a esos seres solitarios, raros, un tanto asociales, capaces de realizar acciones que, si vivieran en circunstancias más favorecedoras de la comunicación interpersonal, sería poco probable que se produjeran. Además de este asunto esencial el novelista aborda otros colaterales o derivados del anterior como es el de la necesidad de afectividad, las ilusiones creadas e incluso mantenidas aun sabiendo de su inexistencia e inanidad, la dependencia afectiva, el asalto sexual, etc. Y luego hay otros que el autor va añadiendo aunque ya no estén tan directamente unidos al del vaciamiento rural. Me refiero a las extorsiones cibernéticas de todo tipo, el choque cultural en Francia entre población blanca y de color, la vida confortable de jóvenes de buenas familias que juguetean con la marginalidad gracias a las prestaciones ofrecidas por la sociedad del bienestar, etc.

También hubo lugar en la tertulia para señalar aspectos no tan positivos. Dejando a un lado los defectos de traducción señalados al inicio por Inma, sin lugar a dudas los más importantes, mucho hablamos todos de ciertas inverosimilitudes que dejan perplejo al lector de la novela: ¿Puede ser calificado de crío o niño un personaje que es un delincuente extorsionador a través de internet, y del que se dice que ha pasado por la universidad? ¿Puede ser creíble que un personaje no sea consciente de que le están rasurando con jabón y hojilla el vello de sus partes íntimas mientras duerme? ¿Es creíble el final que tiene la novela? En fin, a todos nos pareció que había demasiados interrogantes que nos hacían despertar de la sana ensoñación en que una novela -y más si es 'noir' como ésta- debería mantenernos inmersos.

Pero ya digo, la mayoría habíamos leído esta historia contada por Alice, Joseph, Marinbé, Armand y Michel con agrado y satisfacción. Pero eso no quita para que también señalásemos sus defectos y lamentásemos infinito el mucho daño que a la novela le hace la mala traducción de Isabel Fuentes García cuyo nombre debemos recordar a fin de evitarla en posibles futuras lecturas.
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Nota: [como otras veces en la reseña que en mi blog hago de la novela expongo mis opiniones personales. Quien quiera leerlas no tiene más que pinchar aquí].
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La próxima lectura
El blog de Juan Carlos, elblogdejcgc, elblogdejcgc.blogspot.com
Mary Luz y mía propia se decidió que en noviembre leeríamos la novela titulada "La cena" del autor holandés Herman Koch
En principio lo que se estableció en esta reunión de octubre fue la lectura para noviembre. A propuesta de

El lugar y la hora, los mismos de donde estábamos, o sea, Hotel Ibis en c/ Manuela Malasaña, 6; la hora, la habitual: 19:00. En cuanto a la fecha, el día elegido fue el martes 19 de noviembre

Al abordar la elección de nuestra próxima lectura, se puso sobre la mesa la posibilidad de celebrar de nuevo y con pleno de asistentes los dos lustros de existencia de nuestra Tertulia. De mano, y dado ya el poco tiempo que resta de 2019, quizás la celebración con comida incluida podríamos realizarla en diciembre en coincidencia con la lectura de dicho mes. Para ello y en previsión nos pusimos a buscar fechas y pensamos que el lunes 16 de diciembre sería buen día para comer, comentar y celebrar. Sólo resta elegir el lugar. Estaría bien que para la próxima reunión -día 19 de noviembre- ya llevásemos lugares donde realizar esta última reunión de 2019. ¿Os parece?

Un abrazo a todos y ¡¡buenas lecturas!!


miércoles, 2 de octubre de 2019

Crónica de la tertulia inaugural Curso 2019 - 2020

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El martes 23 de septiembre, día de la Merced, a las 7 de la tarde, nos reunimos los tertulianos en el kiosko Montserrat de Madrid Río, para inaugurar el curso lector y poner en común las opiniones que nos han suscitado dos libros, Léxico familiar de Natalia Ginzburg y La mujer de papel de Rabih Alameddine. Antes de comenzar las intervenciones de las participantes, -nuestros dos hombres no pudieron asistir-, y como hacía dos meses que no nos veíamos, nos pusimos al día de los viajes que cada una había realizado y seguidamente, se abrió el turno de palabra con Léxico familiar; fue Carmen Sánchez quien dio su primer beneplácito a la novela por describir la vida de una familia numerosa del norte de Italia, de principios del siglo XX, de clase media-alta, dominada por un padre intelectual, amante de las ciencias y la naturaleza, intransigente y autoritario; fue esta última constatación la que levantó las voces de las tertulianas que reconocieron en las actitudes del padre, las vividas en sus propias familias; las experiencias personales fueron brotando para terminar conviniendo que en la época era la situación más extendida y común.

Otro acierto señalado por las concurrentes, fue la relevancia del marco histórico y su discurrir en Italia desde finales de la primera guerra mundial, -Mussolini, el fascismo-, hasta el final de la segunda guerra mundial, paralelo al devenir de la familia. Tanto el padre como los hermanos de Natalia, antifascistas declarados, sufrieron prisión por su posicionamiento político así como su marido, Leone Ginzburg, encarcelado en la prisión romana de Regina Coeli, donde murió a consecuencia de las torturas infligidas por los nazis por sus ideas antifascistas y sus raíces judías; pero lo que más nos sorprendió fue el hecho de que el gobierno de Mussolini se deshiciese de algunos opositores al régimen, en los llamados “confinamientos”, pueblos del centro y sur de Italia, a los que eran desterrados y en la mayoría de los casos, acogidos e integrados entre sus habitantes.

En cuanto a la forma, algunas tertulianas coincidieron en la profusión de citas con las que la autora va salpicando el texto, fruto de sus lecturas y de su actividad en la famosa editorial Einaudi en la Avda. Re Umberto, círculo de trabajo y amistad en el que se reunían y publicaban los mejores escritores del momento. El gran poeta y narrador Cesare Pavese, Giulio Einaudi y Leone Ginzburg, ya había fundado la editorial en el 38 cuando Natalia se casa con Leone. Haber vivido en una familia de intelectuales rodeada de libros, la impulsa a destacar aquellas lecturas que alimentaron su infancia y juventud como De vulgari eloquentia de Dante, Herodoto, Homero, Zola, Baudelaire, Paul Verlaine, À la recherche du temp perdu de Marcel Proust, Croce, Leopardi, Carducci, Pascoli , Simenon y un largo etcétera, que hablan de su amplia cultura y del círculo en el que la autora se desenvolvía; Ana, aportó un artículo que hablaba de uno de los mejores amigos de la autora, Carlo Levi y de su maravilloso libro, Cristo si è fermato a Eboli , y al calor de los Levi, hablamos de otro gran amigo, que como Cesare Pavese acabaría suicidándose, Primo Levi, y su durísimo libro, Se questo è un uomo, en el que relata su experiencia en Auschwitz.

Se valoró muy positivamente la narración objetiva y auténtica en primera persona, con la que describe cómodamente lo que sucede en la casa familiar y su alternancia con la tercera persona omnisciente, para narrar hechos que ocurren en el exterior de ese ámbito; alguna de las asistentes señaló la ausencia de protagonismo de la autora, Natalia Ginzbur, coligiendo que ella se sitúa como una cámara fotográfica estanca en un rincón de su casa y desde allí, reproduce con total honestidad el comportamiento de los miembros de su familia, sin reprobaciones y sin juicios de valor sirviéndose para ello de múltiples formas del lenguaje, de diálogos, cartas, canciones, poemas, confesiones, que logran representar el mundo familiar de la autora.

Y lo que nos pareció más interesante fue la elección de un hilo conductor poco habitual pero muy cercano, rutinario, nada engolado, el léxico familiar, común a todas las familias y diferente en cada una de ellas, que llega a convertirse en seña de identidad de todos sus miembros; se aludió a la siguiente cita que resume y condensa el significado del léxico:
Cuando nos vemos, podemos estar indiferentes o distraídos los unos de los otros, pero basta que uno de nosotros diga una palabra, una frase, una de aquellas antiguas frases que hemos oído y repetido infinidad de veces en nuestra infancia, nos basta con decir: «No hemos venido a Bérgamo a hacer campamento» o «¿A qué apesta el ácido sulfhídrico?», para volver a recuperar de pronto nuestra antigua relación y nuestra infancia y juventud, unidas indisolublemente a aquellas frases, a aquellas palabras. Una de aquellas frases o palabras nos haría reconocernos los unos a los otros en la oscuridad de una gruta o entre millones de personas.
Cada una de las tertulianas fue recordando esos nexos de unión indisolubles y eternos, frases hechas repetidas y compartidas por la familia como… Natalia da poco cordel, Esta es la casa de tócame Roque…. ¡Eso son Vaniloquios¡ ¡Estoy harto de ese vaniloquio vuestro! No seáis palurdos! ¡No hagáis palurdeces!, ¡Nuevo astro que surge! o la frase de Mario, «El baco del calo del malo».

La verdad es que la novela autobiográfica, dio mucho de sí, en palabras de la madre de la autora, dio mucho cordel, por lo que hicimos un receso, antes de comenzar con el siguiente libro, en el que celebramos por todo lo alto, el santo de Mercedes y los cumpleaños de M. Jesús y de Ana; para la ocasión, Mercedes nos sorprendió con un estupendo queso de su tierra, que trajo partido y del que dimos buena cuenta; añadimos al queso una tortilla de patatas y un buen vino que hizo las delicias de todas las comensales (¿o comensalas?) ja, ja.
Cecilia Gómez Velasco


De la segunda novela que llevábamos para esta Tertulia, La mujer de papel de Rabih Alameddine, os invito a leer la reseña que sobre ella tengo publicada en "El blog de Juan Carlos"