domingo, 31 de enero de 2021

"La España vacía" de Sergio del Molino. Primera tertulia de 2021

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Nuestra tertuliana Carmen, proponente de la lectura del libro de Sergio del Molino, fue la encargada de iniciar el debate sobre el mismo. Pronto todos vimos que la obra del escritor, aragonés por filiación, había sido muy de su agrado. Carmen entre las razones que expuso habló del profundo trabajo que se reflejaba en la obra, del inmenso placer que experimentó durante su lectura al encontrarse ante un libro de geografía humana al tiempo que libro de viajes, repaso literario e histórico. Un ensayo, dijo, con el que había aprendido mucho aunque no estuviese de acuerdo con todo lo que en él se dice; por ejemplo eso de que los españoles no escriben de España es algo que ella pondría en cuestión actualmente. Por contra el 'gran trauma' de la emigración campo-ciudad durante los años 1950-1970 lo reconocía como auténtico y le parecía similar al proceso de llegada de emigrantes del continente africano a Europa. Quizás echó en falta en el análisis de Del Molino una alusión al caciquismo. 

En definitiva, Carmen se mostró la mar de satisfecha con esta obra que le había hecho disfrutar no sólo por lo que dice sino también por cómo lo dice, ese lenguaje pleno de metáforas, símiles, imágenes, etc. que procuran placer durante su lectura. Aunque no fuese este el orden que ella siguió en su exposición también comentó que "La España vacía" le había hecho recordar, pese a ser ella madrileña de nacimiento, la procedencia de Íscar (Valladolid) de su familia paterna y también reflexionar sobre esas tierras de Aragón a las que en estos momentos por razones personales ella tan unida se siente. Piensa Carmen que quizás debido a la pandemia que estamos sufriendo y a la extensión del teletrabajo se está produciendo una cierta vuelta al campo.

La alusión a la vuelta al campo dio pie para realizar entre todos un ameno intercambio de ideas sobre la cuestión. Hubo quienes pensaban que este retorno sería flor de un día, que no era un auténtico retorno al mundo rural tradicional. Quizás por eso el autor utiliza la expresión de "neorrurales" que no a todos satisfizo. En este punto hubo comentarios sobre cómo es la vida en una localidad pequeña, que no siempre es muy entendible por parte de los urbanitas que acuden a vivir en ella al sentirse como invadidos en su intimidad por la curiosidad de los autóctonos. Todos concluimos en que para que de verdad se vuelva a un equilibrio campo-ciudad hay que dotar al campo de Servicios aunque si la población es escasa en esas localidades es complicado que todos los servicios se puedan hacer llegar allá.

Ha sido un libro que en general ha gustado aunque casi todos le señalaron algún pero, alguna laguna, algún error de bulto. Por ejemplo se citaron errores gruesos al hablar de Portugal, se echó en falta que no señalase la importancia de los ríos a la hora de hablar de la distribución poblacional... Muchas intervinientes señalaron como demérito que el libro les había parecido un pequeño batiburrillo, que les parecía algo falto de unidad, como si más que un ensayo fuese una colección de ensayos dispersos que el autor había agavillado con un acierto cuando menos cuestionable. Otras personas difirieron de esta idea. Y casi todas expresaron su sorpresa al ver que la obra no tocaba aspectos que pudieran explicar desde una perspectiva económica las causas o razones de este vaciamiento. Tampoco se decía nada en el libro, se apuntó al respecto, sobre lo mucho que últimamente se ha hecho en el medio rural por parte de diversas instituciones públicas para mejorar las condiciones de vida en el mismo.

En lo que en general todos coincidimos positivamente fue en alabar el estilo cargado de buen humor que el autor utiliza con acierto en buena parte del libro. Un libro que ya lo advierte el escritor en varias ocasiones es un ensayo literario; y los tertulianos corroboramos esto además de en el cuidado lenguaje empleado en las muchas alusiones a obras y autores, haciendo una especial parada en el capítulo de 'Maritornes' por parte de la tertuliana que más amor y admiración demuestra por la obra cumbre de nuestra literatura. 

Y junto al paseo por la literatura de nuestro país con incursiones acertadas o no tanto en la de los vecinos, se puso muy en valor por parte de todos la desmitificación que Sergio del Molino realiza de no pocos asuntos, productos, personas y cosas de nuestro país que casi nadie se atreve a tocar. Productos como el documental que Buñuel hizo sobre "Las Hurdes"; asuntos como el Carlismo y su repercusión en el choque campo-ciudad; personas como algunos relevantes políticos de nuestra primera Democracia; cosas como la protección interesada de las provincias de poca población realizada en la Constitución del 78 para conseguir disimulados réditos políticos. Pero, se insistió con acierto por parte de todos, estamos ante un ensayo y ya sabemos que un ensayo es algo muy personal, muy sugerente, muy subjetivo, que más que dar en la verdad lo que hace es presentar una explicación plausible de algo, en este caso de eso que desde que apareció este libro se ha venido en llamar "La España vacía".

El libro es tan animado, toca tantos palos, habla de tantas cosas, es tan divulgativo, que aunque se lee con mucha facilidad su contenido no se agota en una única tertulia pues no hay página que no tenga su aquel, discutible o no. No es posible en una crónica como ésta dar entrada a todo cuanto se habló en la animada tertulia de ese día 28 de enero. Por mi parte y como siempre sobre la obra tengo hecha reseña en mi blog que invito a leer a quien quiera [para acceder a la misma basta con hacer clic aquí].


Próxima lectura

El tiempo se nos fue en un vuelo. Ya casi eran las ocho de la tarde cuando algunas tertulianas anunciaron que debían marchar. Se imponía elegir lectura y fijar día para hablar de ella. En esta ocasión yo propuse la lectura de una novela que leí hace cosa de cuatro o cinco meses y que me dejó un muy buen sabor de boca. Se trata de "El tiempo es un canalla" de la autora norteamericana Jennifer Egan, una novela de 2011 que se alzó con el Pullitzer de ese año. Una novela que creo gustará o al menos no dejará indiferente. A ver qué os parece, amigas.

Como fecha del encuentro decidimos que fuera el próximo jueves 25 de febrero a la hora acostumbrada, las 18:00.

Hasta entonces, amigas. ¡¡Buenas lecturas!!



martes, 5 de enero de 2021

Diciembre. Tertulia. "Olga" de Bernhard Schlink

1 comentario:

Cuando uno acostumbra hacer algo de determinada manera siempre, suele haber algún motivo, aunque sea difícil de aprehender. Viene esto a cuenta del hábito que tengo de escribir la Crónica de la reunión lectora a continuación del final de la misma. ¿Por qué lo hago así? A ciencia cierta no sabría decirlo. Sin embargo hoy, 8 días después de haber tenido lugar la Tertulia de diciembre con la que dábamos carpetazo a este año infausto, de amargo recuerdo, al volver de unas visitas familiares que me han tenido fuera de casa unos días, me caigo del guindo y constato que mi mala cabeza me ha hecho despistar el papel en el que tomé alguna nota de las intervenciones de mis compañeras tertulianas. Creía tenerlo todo atado y bien atado, que dijo aquel, pero no, va a ser que no. No encuentro mis anotaciones, así que, queridas amigas,  desde ya pido disculpas pues he de tirar de memoria y si pierdo papeles que dejo sobre la mesa, ni pensar quiero en qué será lo que ocurra en mi desordenada cabeza. Pero, vaya, venga, allá va, chicas.

Fue el lunes 28 de diciembre, día de la matanza de los Santos Inocentes, cuando a las 18:00 horas fuimos abriendo nuestras pantallas para irnos saludando. En esta ocasión asistimos a este encuentro virtual Margarita, Mercedes, Ana, Guida, Cecilia, Inma, María Jesús, Mari Luz, Carmen y Juan Carlos, quien esto escribe. Por fin, tras unas cuantas sesiones fallidas, Inma pudo participar en el encuentro. En esta ocasión las conexiones funcionaron debidamente; tan sólo la de Mercedes en algún momento se resintió y al entrecortarse sus palabras en algunos momentos resultaban ininteligibles para el resto. Una lástima. Por lo demás todo marchó a las mil maravillas.

Rompió el fuego Cecilia, la postulante de esta novela del alemán Bernhard Schlink. Fue breve en su exposición pues, nos comunicó, el día anterior había colgado en su blog [leer su entrada aquí] sus opiniones sobre esta obra y nos invitaba a todos a pasarnos por allí. En síntesis explicó que había disfrutado con esta novela corta por varias razones: su estructura, sus figuras del narrador distintas para cada una de las tres partes que la constituyen, el perspectivismo utilizado para la conformación del personaje central, la belleza de sus descripciones y diálogos, un estilo periodístico claro en algunos momentos (en este punto no todos coincidimos con ella). Si lo anterior pertenece al campo de la forma, en cuanto a la historia relatada, Cecilia introdujo la idea de la Historia de Alemania contada desde la intrahistoria de Olga, un ser insignificante dentro de la gran Alemania que desde Bismarck se estaba construyendo o, al menos, ideando. Junto a ella aparece su enamorado Herbert que se ve cautivado por esos ideales colonialistas de su país a los que contribuirá personalmente. Tras ello Herbert, enamorado de los espacios abiertos (llanuras inmensas, desiertos inacabables y/o hielos infinitos), emprenderá una serie de viajes y desplazamientos hasta extinguirse o subsumirse en ellos. Esta pareja tan distinta es sin embargo el objeto de un amor inquebrantable por parte de Olga, quien sin saber ya de él y temiendo (teniendo conciencia casi cierta, más bien) que hubiera muerto, pese a ello le escribe cartas a una lista de correos de una localidad noruega próxima al Ártico y a la zona que él pretendía explorar. Estas cartas forman la 3ª parte de la novela. Además, vino a concluir Cecilia, hay una gran cantidad de asuntos o temas que afloran en el relato como sin querer a base de pequeñas pinceladas.

Tras Cecilia y su favorable opinión se sucedieron intervenciones de compañeras a las que no gustó este relato o no satisfizo lo suficiente por razones variadas: excesivamente amplio el período histórico abarcado (desde Bismarck hasta la década de los 90 del siglo pasado) con información escasa para un lector no alemán; el tipo de mujer que es Olga no era muy creíble para algunas o al menos no quedaba bien explicada esa dependencia tan fuerte respecto de un hombre que hacía su vida sin importarle lo que ella sintiera u opinara, la inverosimilitud que algunas vieron en la historia del hijo Eik y su relación con Olga; ciertas incoherencias como los estudios que Eik hacía o había hecho y su dedicación posterior a las SS; el aburrimiento que a algunas la lectura les había producido; etc.

Pero tras la intervención del grupo de las no favorables se produjo la entrada en el debate de las personas a las que la novela había gustado mucho. Las razones, además de las expuestas por Cecilia, hacían referencia a las informaciones desconocidas como todo lo referido al colonialismo alemán en África de finales del XIX e inicios del XX; pero sobre todo los que apoyamos sin fisuras la novela fijamos nuestra atención en el personaje que da título al relato, Olga, una mujer la mar de interesante y compleja que se enamora de alguien muy distinto al que pese a todo ella ama sinceramente; para muchos la novela es una historia de amor conmovedora por su credibilidad; también en la conformación del personaje de Olga había que fijarse -se dijo- en esos tres seres que se mueven a su alrededor: Viktoria, Herbert y Eik; y para otras tertulianas quizás lo que más les había atrapado de esta novela era esa mujer sencilla, cabal, que sabe hacerse a sí misma pese a las dificultades del momento en un mundo de hombres, una mujer que busca la felicidad en las cosas pequeñas y no en los grandes ideales como hace su amado Herbert, una mujer en definitiva con la que en cierta manera alguna tertuliana se sentía identificada. Se señaló también que el aprecio sentido hacia esta obra de  Bernhard Schlink venía dado por el estilo: esos tres narradores diferentes, el estilo epistolar de la tercera parte, la sencillez con la que expone lo difícil haciendo que la lectura sea sumamente fácil pese a la extensión y profundidad del período tocado, esa manera de presentar la información no toda de una vez sino por capas, como por arrimadas o por suaves oleadas, de manera que no es hasta el sorpresivo final que podemos tener completo en nuestra cabeza al personaje protagonista de "Olga".

Dejo para desarrollarlo más por extenso en mi blog la idea que apunté en la tertulia de que el autor, al igual que hiciera en la otra novela que de él he leído, "El lector", lo que hace en "Olga" es dar un repaso a la historia de su país, una nación que durante el siglo XX pero ya desde la época de Bismarck venía anunciando lo que luego en la década de los 30 y mitad de los 40 del siglo pasado practicaría: el exterminio, el genocidio, el nazismo... Schlink viene a decir a sus compatriotas que deben asumir su responsabilidad y no evadirla escondiéndose en un 'no sabía, yo creía que...' pues todos fueron partícipes en mayor o menor grado de esa barbarie. [como siempre esta y otras consideraciones expongo en la reseña de "Olga" que  hago en mi blog].

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Nota bene: Algunas diréis "pues para haber perdido sus notas y tirar sólo de memoria, se acuerda de muchas cosas". No, no os quiero engañar. Resulta que hacia la mitad de esta Crónica por arte de birlibirloque levanté un papel que sobre mi mesa estaba y... ¡zás!, aparecieron las susodichas anotaciones que me han ayudado a corregir alguna que otra cosa. Jé, jé...

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Próxima lectura, próxima tertulia

Y así se nos fue agradablemente pasando el tiempo. Llegó el momento de proponer lectura para el mes siguiente. Sobre la mesa se pusieron, que yo recuerde, dos títulos: "El tiempo es un canalla" de Jennifer Egan, a propuesta mía; y "La España vacía" de Sergio del Molino, a propuesta de Carmen Sánchez. Estimamos que el de Sergio del Molino, un ensayo sobre el despoblamiento del mundo rural sufrido en nuestro país, daría pie a un buen intercambio de opiniones sobre un tema candente y más en este momento aciago de lucha contra el Coronavirus. Y en eso quedamos, leeríamos "La España vacía" de Sergio del Molino. La reunión virtual la realizaremos el próximo día 28 de enero a la hora acostumbrada, las 18:00.

Hasta entonces, queridas amigas, deseo que hayáis pasado unas Fiestas lo más felices posible, y que Sus Majestades, los Reyes Magos de Oriente, se porten o se hayan portado con vosotras como os merecéis, es decir, fantásticamente bien. 

¡Ea!, lo dicho, hasta el 28 de enero a las 18:00 por Skype. Bye, bye.