sábado, 23 de marzo de 2024

La tertulia de marzo fue sobre una novela de Elena Garro

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Esta vez la reunión la hicimos en La Zamorana, curioso bar-restaurante de la madrileña calle Galileo. Allí nos había citado Guida tras haber sido imposible acudir a Suchil 15 por celebrarse ese día en ese local un evento. En La Zamorana nos habían preparado una amplia mesa cuadrada que por su disposición y por facilitar debidamente la comunicación entre los que nos sentamos a su alrededor bien habría merecido el calificativo de redonda. La mesa estaba al fondo del local, casi en una especie de reservado que me evocó la clandestinidad antigua en que se producían ciertas reuniones in illo tempore felizmente superados y olvidados. 

Siete personas asistimos a esta reunión de final de trimestre. Fuimos las siguientes: Mamen, Ana, Mercedes, Mari Luz, Marga, Guida y el hacedor de este escrito, Juan Carlos. Tras los saludos de rigor y el intercambio de comunicaciones sobre el estado de salud de quienes comparecíamos, pasamos de seguido a hablar de Los recuerdos del porvenir, la novela de la mexicana Elena Garro que habíamos leído. Rompió el fuego Marga que fue quien la propuso. Esta vez la tertulia fue  conversacional, sucediéndose unas y otras opiniones sin orden previo de intervención, sino de manera natural, tal y como se desarrollan las conversaciones entre amigos. Se pusieron sobre la mesa temas diversos muy interesantes que a unos y a otros habían llamado la atención y despertado el interés: la historia de México desde el principio del siglo XX y hasta el final de la década de los años 20 de ese mismo siglo; el machismo; la crueldad; mujeres y hombres; el narrador; la disolución del tiempo; el sentido que pudiera tener la piedra con que abre y cierra el relato; la circularidad del mismo; la biografía de Elena Garro; la preocupación de la escritora por las clases humildes, por los campesinos; su oposición a ser considerada una escritora feminista; el realismo mágico en Elena Garro: ella no se considera inmersa en esa tendencia literaria, una etiqueta comercial, cuya única finalidad -decía la autora fallecida en Cuernavaca en 1998- era simplemente vender más y mejor ; Elena Garro y España; Elena Garro y Octavio Paz; etc., etc. 

Así, animada y sosegadamente, discurrió este encuentro entre amigos que gustan de la lectura. Mejor si lo que se lee, como ocurrió con Los recuerdos del porvenir de Elena Garro es una novela que gusta en líneas generales, pero que genera cierta controversia, que incita a debatir, a contraponer ideas. Al celebrarse el encuentro el día en que internacionalmente se homenajeaba a la Poesía, incidimos bastante en la belleza que tiene el lenguaje utilizado por la escritora en esta novela. Leímos algún fragmento para ratificarlo y concluimos que, pese a ser prosa, el estilo de la mexicana es ciertamente poético. Al respecto, yo, en mi blog, antes de acudir a la reunión había publicado una entrada con el título «21 de abril, Día de la Poesía. Elena Garro» que invito a leer a quien quiera hacerlo. 

Tras la tertulia propiamente dicha buscamos libro para nuestra próxima cita. Además de los ya puestos sobre la mesa en otras reuniones, esta vez Guida habló de El mago del Kremlin de Giuliano da Empoli, una novela de poco más de 300 páginas publicada en Seix Barral que toca un tema tan de actualidad y sumo interés cual es el Kremlin, centro del poder en Rusia. Extraído de la contraportada de la novela se puede leer: 

«De la guerra de Chechenia a la crisis de Crimea pasando por los Juegos Olímpicos de Sochi, por El mago del Kremlin desfilan empresarios, Limonov y Kasparov, modelos y todos los símbolos del régimen en la que es la gran novela de la Rusia actual y una magnífica meditación sobre el poder y la fascinación por el mal y la guerra».

 Pues, sí, parece interesante. Así que, dicho y hecho, para la tertulia del mes de abril leeremos este título de Giuliano da Empoli, escritor italo-suizo afincado en Milán. 

Como si del juego de la oca se tratara, decidimos saltar del Día de la Poesía al Día del Libro, y reunirnos el martes 23 de abril. El lugar aún no quedó fijado, pues aunque en La Zamorana estuvimos la mayor parte del tiempo bien y a gusto, sin embargo hacia el final comenzaron a llegar comensales bulliciosos que impedían escucharnos debidamente. Será Guida quien nos comunicará en tiempo y forma dónde haremos la reunión abrileña. Lo que sí acordamos fue que la hora de reunión será la de las 19:00, o sea las 7 de la tarde, media hora más tarde que las últimas. 

Antes de abandonar el local, y pese al alboroto que algunos niños de las mesas adyacentes realizaban, quisimos homenajear a la Poesía en su Día y leímos unos poemas. Guida leyó poemas de sus compañeros del Taller de Poesía al que acude; concretamente escuchamos algún hermoso poema de Blanca Morel, la profesora. Yo me atreví a leer el poema que, en la entrada citada anteriormente, incorporo en mi blog como celebración de este Día. 

Y así concluyó la jornada. En la calle las terrazas estaban llenas de jóvenes que tardeaban esperando la llegada de la noche cerrada para proseguir en el regocijo constante que para ellos es la vida. Al verlos me vinieron a la memoria los versos de Jaime Gil de Biedma que hablan de cómo él recordaba su juventud, su empuje vital: 

«como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante
»

 El poema completo es bastante más triste que lo que estos dos versos evocan. Pero quiero quedarme hoy en lo animoso no quiero llegar al «único argumento de la obra» con que el poeta barcelonés cierra el hermoso poema.

Os deseo a todas unos buenos días de descanso. Que lo paséis bien y las lecturas os sean propicias.

viernes, 1 de marzo de 2024

En febrero comentamos "Tuya" de la argentina Claudia Piñeiro

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Esta vez volvimos a Suchil 15, en la plaza del Conde del Valle de Suchil, una cafetería en la que ya habíamos hecho tertulia en alguna otra ocasión. Guida fue quien, tras no haber sido posible hacerla en el lugar elegido en la tertulia anterior, resolvió el problemilla en cuestión de minutos. Gracias, Guida, eres fantástica.

Diez fuimos quienes acudimos en esta ocasión, prácticamente todos, salvo Mari Luz a quien obligaciones familiares le impidieron acercarse. Sin dilación alguna nos pusimos a comentar la novela de Claudia Piñeiro. Abrí yo la ronda de intervenciones, al haber sido quien propuso la lectura. No dije mucho, pero lo dicho (mi disfrute total con la lectura, la agilidad en la manera de escribir, el modo de construir el suspense en el relato, el costumbrismo urbano que muestra, el aspecto cinematográfico que presentan muchos de los capítulos semejantes a secuencias fílmicas...) dio pie a las intervenciones de unas y otras tertulianas. 

En general la novela, novelita por su extensión en páginas para unas y 'novelita' por su nivel literario para otras, satisfizo a todos. Hubo quien en sentido positivo la calificó de caricatura; también hubo quien lo hizo en un sentido no tan positivo. Se la tildó de novela simple en su temática y construcción, superadas ambas en la actualidad, se dijo. Esta consideración dio lugar a un encendido -y en ocasiones confuso- cruce de intervenciones sobre si la actualidad o no de un tema descalifica a un relato, sobre que la técnica de construcción de una narración no es una carrera de innovaciones, sino que de lo que se trata es de hacerla bien, de que encaje bien en el conjunto...

A quienes el tema pareció antiguo se opusieron aquellos que consideraron la plena actualidad del asunto y no sólo en Sudamérica, sino también entre nosotros hoy mismo. Sobre los personajes se dijo que eran estereotipos, algo en lo que todos estuvimos de acuerdo; se dijo que eran almodovarianos, consideración en la que algunos convinimos en lo positivo y para nada en su posible sentido negativo. Relacionamos esta cualidad de estereotipos con el hecho de ser toda la novela una caricatura de una realidad. Y en cuanto a la aparente sencillez, se habló de que hacer fácil lo difícil está sólo al alcance de unos cuantos y que no había tal cosa ni en el contenido, con muchos asuntos de interés, ni en lo formal con variedad en las técnicas y en la organización de los temas.

En fin, como veréis, estuvo animadita la cosa. Así da gusto hacer tertulia. Simplemente añadir para finalizar que yo en mi calidad de proponente hablé de que en 2017 la autora sacó una especie de continuación de "Tuya" titulada "El tiempo de las moscas". Quise contar algo de esta novela, pero mis compañeras se opusieron con firmeza. Yo, disciplinado como soy (ja, ja...) callé. Desde el silencio de la escritura sólo me permito decir para quien quiera leerlo que en mi blog tengo extensa reseña hecha de "El tiempo de las moscas" y más breve de "Tuya" (pinchando en los títulos de ambas novelas se puede acceder a ellas).

La próxima lectura y día de la tertulia
Procedimos, tras los comentarios sobre la novela de la Piñeiro, a elegir lectura para el mes de marzo.

 Sobre la mesa se pusieron los siguientes títulos:

  • Elogio de las manos de Jesús Carrasco (propuesto por Mamen)
  • Los recuerdos del porvenir de Elena Garro (propuesto por Marga)
  • Tea room de Luisa Carnés (propuesto por Mª Jesús)
  • ... y algún otro que a buen seguro se dijo y mi mala cabeza ha olvidado.

Se votaron los libros propuestos y salió elegido por mayoría abrumadora el que propuso Marga, o sea, Los recuerdos del porvenir de la mexicana Elena Garro.

Para reunirnos, dada la celebración de la Semana Santa a finales de marzo, elegimos el día 21 de marzo, jueves. El lugar, el mismo donde nos encontrábamos, esto es: Suchil 15. La hora, la que últimamente acostumbramos: las 18:30.


Hasta entonces, queridas amigas tertulianas. Os deseo salud y felices lecturas.