lunes, 3 de julio de 2023

Despedida del año lector 22-23: Tertulia sobre "Lejos de Egipto", cervezas, raciones y fantástica compañía.

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Tuvimos la enorme suerte de que el pasado jueves 29 de junio, día que estábamos convocados a la tertulia sobre el libro de André Aciman, "Lejos de Egipto", el calor nos dio un respiro. Los tertulianos que acudimos a la cita -Guida, Teresa, Marga, Mamen, Mari Luz, Ana y yo mismo- disfrutamos en la terraza de la cervecería La Perla donde nos reunimos de la agradable temperatura que hacía y de una preciosa puesta de sol al tiempo que tomamos alguna cosa de comer y beber. Fue una tarde agradabilísima en la que hablamos de todo un poco. A ello voy de inmediato.

La tertulia
Como la proponente de la lectura, Cecilia, no estaba presente y todos ya habíamos tenido oportunidad de escuchar el audio que sobre Lejos de Egipto había enviado al chat del grupo, rompió el fuego presencial Ana quien, nos dijo, durante la lectura del libro no había podido evitar recordar su infancia en Marruecos y cómo allí se vivió, aunque ella era muy niña, el proceso de nacionalización del Canal de Suez emprendido por Násser. Del mismo modo, prosiguió, también los españoles que vivían en Marruecos sintieron tras la desaparición del Protectorado la misma provisionalidad que se percibe en las familias judías que viven en Alejandría y ven cómo sus propiedades están siendo objeto de nacionalización en el momento de antisemitismo,  xenofobia y nacionalismo exacerbados ocurridos en Egipto tras la nacionalización del Canal.

Fue precisamente sobre el tema de los judíos y su irredentismo secular, que los lleva a sentirse siempre como pueblo errante, que hablamos bastante. De hecho, dijimos, así ha sido desde hace miles de años, si bien refiriéndonos estrictamente a la novela vemos que estos judíos llegados desde Turquía dicen sentirse italianos por haber arribado sus ancestros a Livorno (Liorna) procedentes de Sefarad allá por el siglo XVI. De todo esto se comentó en la tertulia: de los sefarditas, de los askenazis, los judíos árabes, los judíos turcos, de los judíos practicantes, de los menos o nada practicantes, de su sufrimiento y persecución por los siglos de los siglos, de Israel, de la cultura religiosa tan presente aunque ya agonizante en el relato, etc.

Hablamos de cómo esta familia sabe adaptarse a los tiempos: cómo pese a sus costumbres aristocráticas saben remangarse y trabajar si la situación así lo requiere en una tienda de bicicletas o en unos billares. Personalmente me referí a Vili, ejemplo de esta adaptabilidad. Muchas tertulianas contestaron mi muestra de aprecio hacia este personaje con frases contrarias, pues entendían que Vili es un hipócrita, un ser sin escrúpulos, sin ética. A mí me parece un camaleón que sabe adaptarse a la situación sociopolítica del momento hasta el punto de llegar a ser simultáneamente colaboracionista de los mussolinianos y también de los ingleses durante la segunda guerra mundial. Sobre este personaje y el resto hablo más por extenso en la reseña que escribí en mi blog al poco de haber leído el libro. 

Con estas cosas, entreveradas con las raciones a las que nos aplicábamos debidamente, iba transcurriendo la tertulia en la que, además de lo ya citado, se señaló la confusión que, al principio y durante muchas páginas, tiene el lector a la hora de saber qué relaciones mantienen los personajes entre sí; este embrollo fue visto por la mayoría como un punto en contra de estas memorias autobiográficas. Por contra, todos alabamos la belleza de la lengua empleada, el colorido y la sensualidad que emanan de muchas de las frases y palabras utilizadas. Esto es casi lo que más agradó.

Dio bastante juego el 'arriba y abajo' que se observa en las memorias. El mundo de los señores, en especial el de Esther, la princesa, choca con el de los criados, la mayoría autóctonos, a los que ella parece despreciar. Se dijo que era una manera de maltratar a la servidumbre. Aquí hubo sus más y sus menos. Yo dije que estos aspectos me habían recordado la serie de Los Durrell que hace unos años pasaron por televisión. Sólo cambiaba el marco: Grecia a donde llegaban los Durrell, Egipto en el caso de las familias de André Aciman. Pero en ambos casos se produce el choque entre una cultura tenida por superior (ingleses en los Durrell, judíos en los Aciman) y la de los paisanos del lugar. Paisanos, y esto sí que fue un comentario bastante generalizado, de los que apenas si se dice algo de su verdadera manera de vivir.

Por último, si bien había ido saliendo a lo largo de la tertulia, se citó el mucho humor que contenían estas memorias autobiográficas. Se citaron varios ejemplos y todos estuvimos de acuerdo en que, en efecto, así era.

La próxima tertulia

A la hora de establecer la lectura para la primera reunión que tengamos tras el descanso estival, recordé que en la reunión de mayo habíamos acordado dejar para leer en verano la novela Las herederas de la Sínger de Ana Lena Rivera dado que podríamos contar con la presencia de la autora en el encuentro. Como aún no habíamos establecido fecha que conviniera a Ana Lena y a todos nosotros quedamos en que le comunicaría el acuerdo de fecha y lugar al que llegáramos a fin de conocer su opinión al respecto.

Decidimos hacer como siempre, o sea, reunirnos en el kiosko Montserrat de Madrid-Río el día de la Merced; pero como este año esta festividad cae en domingo acordamos reunirnos el lunes siguiente, esto es, el día 25. Normalmente la reunión la hacemos a las 19:00. Pero, como digo, todo quedó un poco en suspenso a la espera de conocer la conformidad o no de la novelista.

Ayer mismo al volver a Madrid del fin de semana me puse en contacto con Ana e intercambiamos a través de messenger una serie de mensajes. Le comuniqué el acuerdo al que habíamos llegado. Ella textualmente me respondió: 

«—Hola, Juan Carlos! Qué buen sitio! Un lunes a las 19.00 regular nada más porque solo tengo cobertura familiar hasta las 20.00 y vivo en Majadahonda.
—Quizás podríamos adelantarla a las 18:00. O incluso pasarla al martes 26, día que en la reunión también parecía bueno —le propuse yo.
—El día me da igual —me respondió con presteza—, el tema es la hora: a las 20.00 tengo que estar de vuelta en casa sí o sí. Recogeré al niño del cole a las 17.00, lo dejo en casa y salgo para allá. No sé dónde exactamente está el kiosko Monserrat, pero si hay un parking cerca, sólo tardo lo que lleve el trayecto.
—Bueno, parece que aunque justito —vine a concluir la conversación con ella — a las 18:00 podríamos vernos, en principio, el lunes 25. Cuando comience septiembre te doy pistas para indicarte donde se puede dejar el coche. Muchas gracias, Ana.
»
Vamos, que está claro que podemos estar con ella durante una hora u hora y media comentando su novela y preguntándole cuantas cosas sobre su quehacer literario queramos realizarle. ¿Qué os parece este acuerdo?

Recordaréis que en la tertulia hablamos también de otro libro, más breve, que dijimos leeríamos durante el verano por si acaso. Aunque el encuentro setembrino con Ana Lena Rivera está garantizado, al ser sólo de una hora o poco más creo que deberíamos mantener junto a Las herederas de la Sínger la lectura del libro propuesto por la tertuliana Ana titulado El orden del día de Eric Vuillard

Así pues, resumiendo, la tertulia de septiembre, si estáis de acuerdo, quedaría como sigue:

  • Libro: Las herederas de la Sínger de Ana Lena Rivera
  • Día: 25 de septiembre
  • Hora: las 18:00
  • Lugar: kiosko Montserrat de Madrid-Río.

 

 Despedida
Antes de desear que tengáis y paséis un muy buen verano quiero agradeceros vuestra amistad y la compañía que me hicisteis con vuestra asistencia en la presentación del libro Decamerón del siglo XXI, en el que participo con diez relatos salidos de mi magín. No podéis imaginar la satisfacción que me produjo veros esa tarde de viernes, tan calurosa, en el reducido espacio que resultó ser la planta baja de la librería Gaztambide. Muchas gracias, amigas. Sois fenomenales. Un beso grande y sincero: ¡¡Muuaaaakkkss!!

Felices, buenas y provechosas lecturas