sábado, 19 de mayo de 2018

De tertulia con Pedro Mairal y "La uruguaya"

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Por fin parece que la primavera se ha dejado ver. Al menos el otro jueves en el Paseo de Rosales el sol lucía, entreverado, eso sí, de nubarrones de tormenta, que afortunadamente no vertieron gota alguna sobre la terraza de 'La Perla' donde a las siete de la tarde nos habíamos citado los integrantes de "más que palabras...".

Como clavos a la hora fijada ocho tertulianos saboreábamos cervezas y refrescos al tiempo que iniciábamos el intercambio de impresiones sobre el libro que el grupo de lectura habíamos decidido leer y comentar durante este mes de mayo: la novelita del argentino Pedro Mairal, "La uruguaya".

Rompió el fuego Margarita Tena al haber sido ella quien hizo la propuesta lectora. Dijo que lo había leído hacía ya tiempo y que al oír en la anterior reunión que Juan Carlos lo citó como posible novela para leer, se animó y ni corta ni perezosa lo propuso. Siguió diciendo que aunque era obra de no muchas pretensiones la novelita le había gustado porque reflejaba bien esa crisis que a los hombres les suele acometer cuando cursan la década de los cuarenta y ven que la juventud se aleja y las responsabilidades paternas crecen, pues un mocoso al que sí, claro, se le quiere mucho, centra la vida de la pareja que lo ha engendrado. Cuando tal cosa sucede la mente de Lucas Pereyra, nuestro hombre en Buenos Aires, comienza a rememorar, fantasear e imaginar una serie de no sé cuantas aventuras que tuvo o no, realmente, y otras que sí anhela tener. Entre estas últimas está la que constituye el núcleo de la trama  de este relato, la imaginada y constantemente frustrada canita al aire con esta uruguaya joven y guapa que le tiene absorbido el seso desde que la conoció hará cosa de un año. El humor, dijo Marga, es importante y la novela le hizo reír en no pocas ocasiones.

Tras la exposición de Marga, el resto de contertulios nos lanzamos a comentar la novela de una manera más interactiva que en otras ocasiones. El intercambio de opiniones y de participación en la conversación fue fluido y natural si bien en algún momento algún tertuliano no supo esperar a que otro acabara lo que estaba diciendo e intervino cortando la intervención de éste. Quizás se echó en falta la figura del moderador que como ya señalé en otra crónica anterior debería de recaer en quien abre la tertulia de manera que sea él/ella quien dirija el debate. Siempre buscando mejoras, como podéis comprobar.

Pero dejemos estas cuestiones y pasemos a dar cuenta de las ideas que nos suscitó Pedro Mairal. Inma dijo que el libro le había gustado pues era una novelita muy entretenida y con toques de humor innegables. Al hablar del humor muchos entramos a comentar diversos momentos hilarantes del relato. Uno de esos momentos graciosos -señaló Marga- es ese giro final que rompe la cintura del lector cuando Lucas descubre que Cata, su mujer, le ha sido infiel ¡con otra mujer! A raíz de esto -añadió Guida- el personaje masculino se viene a replantear todo el funcionamiento de la institución familiar. Ana, por su parte, comentó que la novela no le había resultado muy de su gusto pues estimaba que había otras escritas también por autores del cono sur americano mucho mejores y como con más chicha. Concluyó diciendo que era eso, una novelita sin pretensiones.

Antes de proseguir con la crónica voy a hacer un inciso para introducir las interesantísimas aportaciones que tanto Ana como Guida nos hicieron llegar antes de iniciar la tertulia propiamente dicha, mientras aguardábamos la llegada de los asistentes a la misma. A preguntas de Mary Luz sobre qué les había parecido a ambas la mesa redonda sobre literatura testimonial a la que habían asistido el pasado jueves 10 de mayo en la Biblioteca Nacional nos respondieron con todo lujo de detalles dándonos una serie de autores que uno de los participantes en esa mesa, Marcos Giralt Torrente, había dado como influencias directas sobre él. No tomé nota de estos nombres y quedó Guida en que nos los haría llegar. Por contra sí que tomé los de algunos escritores latinoamericanos a los que se refirieron y que surgieron un poco al hilo de esa afirmación de Ana de que en Sudamérica hay autores mucho mejores que Pedro Mairal.  Ambas compañeras citaron, entre otros muchos, a Lina Meruane con "Sangre en el ojo", Daniel Sada con "Porque parece mentira la verdad nunca se sabe", Emiliano Monge con "Las tierras arrasadas" y Guillermo Saccomanno con "Cámara Gesell". La mayoría de estas novelas -nos dijeron- son relatos duros que hacen pocas concesiones al lector, pero son obras por demás interesantes.También Ana citó una narración escrita por un autor no sudamericano, Edouard Louis titulada "Para acabar con Eddy Bellegueule" de la que resaltó su tremenda dureza.

Tras este breve parón en la narración prosigo. Yo mismo, -[quien lo desee puede leer en mi blog mi reseña sobre "La uruguaya"]-,  que ya había metido baza cuando se habló del humor, expresé primero mi contento por la lectura de esta novela dado el respiro que, como también había dicho Inma, nos había dado ante lecturas de meses anteriores que nos habían dejado sin aliento; además, dije, es como la anterior que leímos de Manuel Vilas: una obra escrita por un hombre y no por una mujer como últimamente viene siendo la tónica. Tras esto señalé dos elementos que me habían parecido interesantes en "La uruguaya": el primero, la fuerte presencia de literatura que hay en el relato (Borges, Rimbaud, Cortázar...); el segundo, el estilo fluido y natural con que discurre la narración alternando dos tiempos, el real de esas 17 horas en que todo acontece, y el evocado y recordado durante su transcurso. El tránsito de uno a otro lo realiza de modo magistral. Aquí Guida señaló cómo cambia de persona narrativa según esté en uno u otro tiempo.

Mercedes fue sin duda alguna la que más se había fijado en los aspectos técnicos. Antes de nada quiso decir que al principio la obra le parecía como un pan sin sal; menos mal, añadió, que empecé a ver alusiones literarias y que el día en Montevideo del propio Lucas no deja de ser una especie de salida quijotesca (aquí todos recordamos a nuestra querida amiga Cecilia, cervantista donde las haya). Al citar a don Quijote todos comentamos algo al respecto. Luego ya Mercedes resaltó especialmente el muy buen uso de las distintas personas narrativas, los distintos estilos empleados, el manejo en los tiempos verbales... Todo el librito, dijo, es como un compendio de recursos narrativos. Diríase, finalizó, que Pedro Mairal fuese profesor de narrativa o estilística (¡lo es; lo es!) y hubiese ensayado en esta narración todos los recursos que conoce. También al hilo de la intervención de Mercedes otros tertulianos hablaron de la metaliteratura practicada en "La uruguaya".

Mary Luz intervino comentando algo tan importante como la mostración de la realidad de la Argentina con sus terribles problemas de inflación, que son los que están en la base del  viaje de este Ulises que es Lucas. Un viaje en el que topará con las sirenas (la Maga Guerra) que le desviarán de su camino y retrasarán su vuelta a casa. También Mary Luz destacó la importancia que tiene la música en esta novela.

Guida cerraría el orden de intervenciones si es que tal orden hubiese existido. En su lugar como ya he señalado intentamos en esta tertulia hacerla más fluida, más conversacional, menos profesoral, y cuando el círculo se cerraba con ella es verdad que casi todo ya había sido dicho por el resto y también por ella misma como ya se ha podido comprobar. Quizás, ahora recuerdo cómo habló sobre la visión que los argentinos tienen de Uruguay, al que consideran un país liberal de costumbres, abierto, alegre..., claramente un objeto de deseo en su imaginario. Al hablar de Uruguay y de ese viaje de sólo 17 horas, Ana comentó su experiencia personal del viaje en el transbordador que la llevó de Buenos Aires a Colonia en Uruguay. Es el mismo viaje que hace Lucas cuando va a por plata a Montevideo. Comentó Ana la belleza de esta localidad, Colonia, y cómo los argentinos (¡buenos son ellos!) le dijeron que Montevideo no valía nada.

En general, pues, la novela había gustado a la gran mayoría, y es que no es frecuente encontrar literatura transmitida en un formato ligero y no exenta de calidad.


Momento poético
Al estar ausente Maru, a quien por orden le correspondía el turno de recitado poético, Mercedes llevó hasta la reunión desde su biblioteca un volumen trabajado y muy consultado por ella a lo largo de los años. Se trataba de la "Segunda Antolojía Poética (1898-1918)" de Juan Ramón Jiménez. Ella, que es juanramoniana por los cuatro costados leyó al azar una serie de poemas de este volumen recopilatorio. Concretamente pudimos escuchar en su voz los poemas "La Amapola", el poema 'Intelijencia, dame' de su poemario "Eternidades" y, por último, 'Valle nuevo a través de la cristalería', poema 239 de dicha "Segunda antología". No recuerdo ahora mismo si recitó alguno más. A continuación pongo el texto de estos tres poemas en letra y, con el permiso de Mercedes, en mi propia voz. Veamos qué tal resulta la operación:

Intelijencia
(de “Eternidades”)


Intelijencia, dame
el nombre esacto de las cosas!
Que mi palabra sea
la cosa misma,
creada por mi alma nuevamente.
Que por mí vayan todos
los que no las conocen, a las cosas;
que por mí vayan todos
los que ya las olvidan, a las cosas;
que por mí vayan todos
los mismos que las aman, a las cosas...
¡Intelijencia, dame
el nombre esacto, y tuyo,
y suyo, y mío, de as cosas!

La Amapola,
(Segunda Antología Poética)

¡Amapola, sangre de la tierra;
amapola, herida del sol;
boca de la primavera azul;
amapola de mi corazón!

¡Cómo ríes por la viña verde,
por el trigo, por la jara, por
la pradera del arroyo de oro;
amapola de mi corazón!

¡Novia alegre de los labios granas;
mariposa de carmín en flor;
amapola, gala de la vida;
amapola de mi corazón!

Valle nuevo a través de la cristalería
Juan Ramón Jiménez

Valle nuevo a través de la cristalería
de colores. Trastorna su lizz y sus colores.
Cristal rojo, azul, verde. Oh qué policromía
falsa, brillante y lírica de hojas y de flores.

La hora, en él, está más distante y más pura.
Lo mismo, de otro modo, ilusión desbordante,
esponja el corazón. Qué encanto, qué ventura
de brisa carmesí y de sol verdeante.

El azahar es celeste; los redondos claveles
de sangre, son morados; los moriscos jazmines
amarillos son cobres; los lustrosos laureles
son naranjas; las Cándidas magnolias son carmines.
(Poema 239 de la “Segunda Antolojía (sic) Poética” publicada en 1920) 


La próxima Tertulia
Como solemos hacer, al finalizar el momento poético hablamos sobre el libro que leeríamos en nuestro próximo encuentro que será, además, el cierre del presente curso. Recordamos todos que Mamen Alonso desde la lejana Helsinki había lanzado un título que a todos nos parecía interesante; es más, ya Inma se había ocupado de sacarlo de la biblioteca y estaba leyéndolo. Se trata de una novela de Siri Hustvedt titulada "El mundo deslumbrante".

La Tertulia siguiente, tras oír a todos, los presentes en la propia reunión, y a los ausentes a través de WhatsApp este mismo sábado en duradera conversación, quedó señalada para el próximo día 14 de junio, jueves, a las 20:00 horas. Da la impresión de que ese día todos podemos asistir, ¡fantástico! La idea es hacer como otros años: tertulia a esa hora y luego tras ella comer algo en el mismo establecimiento. ¿Y de qué establecimiento estamos hablando? Pues del local 'Metro-Bistro' situado en la calle Imperial, 3, muy cercano a la Plaza Mayor de Madrid. Leo en su página que abren todos los días a partir de las 19 horas con lo que, pienso, que no habrá problema para ir al establecimiento a eso de las ocho de la tarde. Pero eso ya se comprobará debidamente al hacer la reserva. Me perdonaréis pero en este momento no recuerdo quien quedó encargado de realizar esta tarea.

Y esto fue todo, amigos. Espero que disfrutéis de la vida (lecturas, viajes, teatro, películas, familia...) y nos lo contemos todo, todo, en cuanto nos veamos de nuevo.