jueves, 21 de febrero de 2019

La tertulia de febrero: NoViolet Bulawayo

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La tertulia de este mes la hemos hecho en un bar-restaurante situado en la Plaza de Santa Ana. Precisamente es de ella de quien toma el nombre si bien cambiando el orden de las palabras: en vez de Santa Ana el local se hace llamar "Ana la Santa". Es un espacio amplio y muy agradable para conversar, sobre todo cuando aún no hay muchos parroquianos en el lugar, pues fue patente que según pasaban los minutos y aumentaba el número de clientes el ruido ambiente en forma de conversaciones cruzadas y música ascendía en idéntica proporción. En cuanto al aspecto puramente de restauración, en mi opinión dejó algo-bastante de desear pues al precio -lógico por otra parte al encontrarnos en plena zona turística- vino a unirse una ratonería excesiva en el aperitivo de compañía: escaso y monotemático.

Pero vayamos a lo que allí nos convocaba que no era otra cosa que pasar un agradable rato con la zimbabuense NoViolet Bulawayo y su ópera prima "Necesitamos nombres nuevos". Ana fue la proponente y en consecuencia ella abrió la tertulia. Nos contó que a ella, por razones biográficas, le atrae la literatura que tiene por tema el continente africano habida cuenta del desconocimiento que en Occidente se tiene de él. A Ana el libro le había agradado bastante. Ella fue la primera del amplísimo grupo de tertulianos que lo alabaron. La verdad es que prácticamente todos confesamos haber disfrutado con la lectura de esta novela, si bien algunos -pocos, la verdad sea dicha- pusimos algunos peros y rebajamos así un poco el entusiasmo que existía en el grupo.

Los puntos señalados a favor más relevantes fueron los siguientes: aporta un información de una zona de África muy desconocida para la mayoría; a pesar de las duras circunstancias en que se desarrolla la vida de los personajes hay una vitalidad y un optimismo sorprendentes al menos para los lectores de por aquí; los niños protagonistas desprenden una sinceridad y frescura que encandilan al lector; claramente de las dos partes que forman el relato (en Zimbabue, primera parte; y en América, segunda parte) la de África supera en todo a la otra; importancia de las mujeres en estos países que pese a haber ganado la independencia repiten, muchas veces agrandados, los vicios y errores de la época colonial; la problemática de la emigración para el país de salida y para los emigrados en el país de llegada; hay momentos de auténtica literatura, de cierto lirismo encantador; etc., etc.

Sin llegar a ser aspectos negativos a algunos sí que hay en el libro de la Bulawayo cosillas que a algunos no nos habían gustado en demasía. Entre éstos se contarían los siguientes: más que una novela en sentido clásico se diría que son un conjunto de relatos distintos que versan sobre un mismo asunto y en los que la autora realiza o ensaya procedimientos narrativos diversos; la perfecta división en dos apartados (África y América) de casi la misma extensión se diría que responde a la aplicación exacta y correcta de lo dictado en un hipotético Taller de Escritura Creativa; tópicos en la parte referenciada a Estados Unidos; un número excesivo de asuntos tocados (bullying infantil,el sida, las minas de oro, el black power, el animismo, las ONG, el desencanto tras la consecución de la independencia,la desculturización del emigrado forzoso, la anorexia y la bulimia en las chicas jóvenes occidentales...) cuya abundancia hace imposible profundizar en los mismos;escritura poco atrevida efectuada fundamentalmente en primera persona siguiendo normalmente la linealidad discursiva; etc. Es evidente que estos 'peros' señalados no echan por tierra el libro pero sí que lo colocan, dijimos algunos, en su debido lugar.

Hubo en la Tertulia un animado intercambio y cruce de opiniones sobre lo mejor y lo menos bueno de esta novela. Al decir de algunas -y tenías razón en ello, Inma- para decir que la novela no nos había aportado a algunos gran cosa, paradójicamente eran innumerables los aciertos que en ella encontrábamos en coincidencia con los demás: la persona narrativa, la reproducción del lenguaje infantil, el uso y variación en los tiempos verbales, los nombres simbólicos de los personajes, algunos personajes concretos además del de Darling que es trasunto de la propia novelista, la crítica al papel de Occidente (las ONG) en su relación con África, etc., etc.

Como digo fue una tertulia animada, relajada, llena de aportaciones y testimonios personales por parte de varios tertulianos que enriquecieron y nos sirvieron a todos para entender mejor la disparidad cultural entre Europa o América con los países africanos y también para comprender la emotividad y sublimación del recuerdo que se da en quienes ausentes del lugar de su niñez lo evocan cual si las vivencias allí tenidas hubiesen estado en todo muy por encima de la realidad actualmente vivida ya lejos geográfica y temporalmente. Como digo, una tertulia entretenida e interesante más por los asuntos tocados en la novela que por otra cosa.
[como siempre, en mi blog tengo hecha reseña de esta novela]

Rincón poético
Por unas u otras cosas llevábamos ya varios meses sin la recitación poética con que cerramos las tertulias. Este febrero no nos cogió el toro. Fue Mercedes la que realizó el recitado. Para el mismo eligió el poema "Lluvia" que Federico García Lorca escribió precisamente el año que llegó a Madrid para residir en la Residencia de Estudiantes y del que exactamente se acaba de cumplir un siglo. A este respecto comentamos lo oportuno que sería celebrar el décimo aniversario que este año cumple la Tertulia unido a ese Siglo de la llegada de García Lorca a Madrid. Una comida en el Restaurante de la Residencia de Estudiantes vendría a ser un magnífico colofón del curso tertuliano 2018-2019, del 10º aniversario de "más que palabras..." y de los 100 años de García Lorca y la Residencia de Estudiantes. En fin, habrá que madurar y perfeccionar esta propuesta.

A continuación coloco el texto del poema lorquiano seguido de un video en el que un recitador sudamericano del que sólo sé que atiende por Paco declama de esa manera algo engolada que a veces practican por allá este hermoso poema. He buscado recitaciones y ésta es la que me ha parecido menos afectada (¡cómo serían las otras! -diréis). Sí, sí, es así, aunque no lo creáis. Bueno allá va.



La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.

Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre de atardecer constante.

Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores
y nos unge de espíritu santo de los mares.
La que derrama vida sobre las sementeras
y en el alma tristeza de lo que no se sabe.

La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta de un mañana imposible
con la inquietud cercana del color de la carne.

El amor se despierta en el gris de su ritmo,
nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,
pero nuestro optimismo se convierte en tristeza
al contemplar las gotas muertas en los cristales.

Y son las gotas: ojos de infinito que miran
al infinito blanco que les sirvió de madre.

Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio
y le dejan divinas heridas de diamante.
Son poetas del agua que han visto y que meditan
lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.

¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos,
lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,
lluvia buena y pacifica que eres la verdadera,
la que llorosa y triste sobre las cosas caes!

¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas
almas de fuentes claras y humildes manantiales!
Cuando sobre los campos desciendes lentamente
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.

El canto primitivo que dices al silencio
y la historia sonora que cuentas al ramaje
los comenta llorando mi corazón desierto
en un negro y profundo pentágrama sin clave.

Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte.

¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman
y eres sobre el piano dulzura emocionante;
das al alma las mismas nieblas y resonancias
que pones en el alma dormida del paisaje!



La próxima tertulia
Como siempre cerramos la reunión  proponiendo la lectura para la Tertulia de marzo. Decidimos tras  una breve tormenta de títulos elegir el propuesto por Margarita Tena titulado "Una temporada en el purgatorio" de Dominick Dunne. Imagino que ya todos lo tenéis en vuestro poder.
Quedamos en hacer la reunión el día 26 de marzo, martes, a la hora acostumbrada: las 19:00. Como lugar, en nuestro deambular por la geografía madrileña, elegimos el propuesto por Guida -a quien, además, corresponde la lectura poética- que fue el Hotel Ibis situado en la C/Manuela Malasaña, 6, próximo al Teatro Maravillas. Allí, pues, nos veremos, queridos contertulios 'másquepalabrereros...'