viernes, 23 de noviembre de 2018

En casa de Teresa con la novela de Carson McCullers

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La merienda
El pasado jueves 22 de noviembre lo pasamos estupendamente. Teresa, convaleciente aún de su operación ósea, había ofrecido su casa para celebrar la tertulia de este mes de noviembre. Como siempre la hora de reunión estaba fijada para las siete de la tarde. Y a esa hora, cuarto de hora arriba o abajo, allá que nos personamos once tertulianos. En seguida echamos en falta a Mercedes que no pudo asistir por un luctuoso asunto familiar, lo que todos sentimos mucho. A esta sorpresa vino a sumarse otra: suena el timbre de la puerta y al abrir es Lourdes Gambel, antigua compañera tertuliana, quien está allí; viene a saludar a Teresa y de paso se queda a la tertulia. Por todos fue bienvenida y bien recibida.

Como el plan era merendar con las aportaciones que cada tertuliano hubiera realizado, iniciamos la soirée con la degustación de los productos traídos: salmón marinado, tortilla de patatas, hornazo salmantino, trenza de Huesca, tarta Selva Negra, jamón y lomo, queso, vino blanco de Alsacia y tinto de la Vega del Guadiana, cerveza, pinchos de aceituna y boquerones, Pez segoviano, y seguramente alguna cosa más que se me queda en el tintero. Todo estaba buenísimo y la merienda transcurrió entre relatos por parte de algunos de los comensales de sus últimas correrías y sucedidos: Ana nos habló de Etiopía, Guida contó su entrada subrepticia a una sala de cine para recuperar unos efectos que se le habían caído u olvidado..., incluso Lourdes nos animó a viajar a Dubai. Como veis el comer y el trasegar no fue para nada aburrido.

La tertulia
Habíamos decidido dejar el comentario de la novela que habíamos leído para cuando las ansias alimenticias hubieran desaparecido. Alcanzada esa meta sólo quedaba iniciar la Tertulia. El libro leído era el de la novelista norteamericana Carson McCullers, "El corazón es un cazador solitario". Como ya es norma fue quien lo propuso, en esta ocasión Mary Luz, la que inició el debate. Nos dijo que su propuesta se debió a haber leído en algún lugar que había diez libros cuya lectura era ineludible, y entre ellos estaba éste. Además le había atraído la personalidad y vida de la propia autora que, según sus biógrafos, se reflejaba con bastante fidelidad en sus obras. Tras esta comunicación ella fue la primera en integrar el grupo de aquellos a quienes su lectura había agradado. Y es que pronto se vio que Carson McCullers había sido recibida de modo bien distinto por unos u otros tertulianos. Mientras que algunos como Mary Luz, Inma, Cecilia o Juan Carlos se posicionaron del lado de quienes vertían alabanzas sobre la novela, otros como Ana, Guida y creo recordar que también Magdalena declararon sin tapujos que el libro les había aburrido soberanamente. Entre medias hubo un 'grupetto' que a pesar de haber sentido en algún momento el deseo de abandonar la lectura, su carácter disciplinado les hizo persistir en la misma y afirmaron -con no oculta satisfacción- que habían encontrado elementos muy interesantes en la obra que justificaban el esfuerzo realizado; esfuerzo que, por ello, no había sido tal.

Los satisfechos alabaron el estilo de la novela, en especial esos párrafos construidos con frases cortas y la utilización de la técnica impresionista para organizarla; se sorprendieron de la edad de la novelista; hablaron de la dureza de las historias mostradas, con alusión especial a la brutalidad que sobre la población de color ejercen los blancos; establecieron en el amor y la ternura el nexo de unión entre las cuatro o cinco historias presentadas, aparentemente deslavazadas e inconexas entre sí; y ensalzaron la maestría de la escritora en la conformación de los personajes en especial el de Singer, verdadera referencia de los demás y razón de su existir.

Los insatisfechos criticaron el exceso de verborrea; no les agradaron las descripciones que consideraron abundantes y tediosas; no encontraban motor alguno que diese sentido al relato; reprochaban a la novelista que dejase las historias sin rematar; les parecieron inverosímiles los comportamientos de algunos personajes; les resultaron irritantes algunas de las expresiones empleadas ('ijadas', por ejemplo, para referirse a una carne) y hasta detectaron errores lingüísticos que achacaron, quizás, a la traducción.

El 'grupetto' vino a reconocer tanto los méritos señalados por unos así como en parte los defectos especificados por los otros. Ellos resaltaron con admiración varios momentos: la fuerza de la música para sobrellevar una penosa existencia; los magníficos argumentos que exhiben el doctor Copeland y Jake Blount en su debate de ideas que al fin y a la postre demuestra que ambos participan de los mismos ideales aunque difieran en los medios para alcanzarlos; la elegancia y sutileza que la novelista muestra al dejar los asuntos inconclusos con lo que es el lector quien ha de completarlos en su mente; la brutalidad de la segregación racial y la, desgraciadamente, total actualidad de la misma;  etc., etc.

Fue muy interesante este fraccionamiento en grupos porque ello dio viveza al debate. Al final hay que decir que prácticamente todos los tertulianos vinimos a coincidir en muchas cosas, especialmente en lo que los indecisos (el 'grupetto') habían resaltado.
[En "El blog de Juan Carlos" tengo hecha reseña 
sobre la novela. Para leerla, pinchar aquí]

Rincón poético
En esta ocasión no hubo recitado poético al ser Mercedes la encargada en esta ocasión y no haber podido asistir a la reunión. Decidimos que fuera ella misma la rapsoda en el próximo encuentro.

La próxima tertulia
Al estar próximas las Navidades y tener muchos de los contertulios viajes y compromisos durante el mes de diciembre, decidimos cerrar este año 2018 con la que estábamos realizando y en enero de 2019, concretamente el día 22 de ese mes, hacer una Comida-Tertulia de Año Nuevo tal y como hicimos en enero de 2018. Es decir, en esa Comida-Tertulia comeremos juntos en el Restaurante que a su debido tiempo se elija (se barajaron nombres pero no se decidió ninguno aún dejando encargada a Margarita de esta gestión) y nos regalaremos un libro los unos a los otros según establezca el sorteo secreto del juego del Amigo Invisible (quien esto escribe quedó encargado de la mecánica del Juego).

¿Qué leeremos?
Como siempre se pusieron varios títulos sobre la mesa: Mamen lanzó el de "La catadora" de  Rosella Postorino, Cecilia citó el de "El último de los nuestros" de Adelaide de Clermont, Ana habló de "La casa y la isla" del cubano Ronaldo Menéndez, yo mismo dije si no estaría bien leer algo de la que fuera Premio Nobel Toni Morrison... Finalmente todos recordamos lo mucho que nos satisfizo en su día la lectura de "Claus y Lucas" de Agota Kristof y decidimos volver a ella leyendo en esta ocasión su novela "Ayer".

Despedida
No resta, pues, otra cosa que desearos a todos unas muy felices fiestas navideñas y que la salida y entrada de año os sea dichosa. Que 2019 nos traiga felicidad y tan buenas lecturas como las realizadas durante 2018 que en un mes o poco más se marchará. Sobre lecturas hechas y el próximo 2019 os diré que "más que palabras...", nuestra Tertulia, cumplirá una década en octubre de 2019. Han sido diez años plenos de libros sabrosos, casi 100 obras cuyos títulos y autores podéis consultar en la pestaña 'Lista de Libros leídos' de este blog. He organizado el listado por títulos (listado A) y por autores (listado B). Espero que os agrade y sobre todo que os sirva.



¡¡Feliz Navidad a todos!!

miércoles, 24 de octubre de 2018

"La liebre con ojos de ámbar" de Edmund de Waal. Crónica de la Tertulia

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Una magnífica tarde de otoño, la del pasado martes 23 de octubre, nos arropó en el Café del Rey adonde acudimos con mucha antelación, y es que la temperatura y la luminosidad invitaban a echarse a la calle. Con más de media hora de antelación ya Inma y Guida disfrutaban de un refrigerio en la terraza del local; al poco llegamos Mary Luz y este cronista quienes tras saludar a las tertulianas más tempraneras proseguimos nuestro paseo por Senda del Rey en dirección a la Cuesta de San Vicente donde el tráfago del tráfico nos hizo volver grupas hacia la serenidad del Café donde a las siete de la tarde estábamos citados. Al llegar al local ya Inma y Guida habían abandonado la terraza igual que Mamen y Ana con quienes en nuestro sosegado deambular nos habíamos encontrado previamente.

Dentro de la sala del Café antes de las siete de la tarde ya estábamos casi todos. En esta ocasión, salvo una despistada (jo, jo…) que equivocó el día y Cecilia que por culpa del transporte llegó con 10 minutos de retraso, pudimos comenzar la conversación con puntualidad soviética que se decía antes. De lo que allí se trató intentaré dar cuenta a continuación.

La Crónica 
Inició la ronda de intervenciones Ana que fue quien con el apoyo de Cecilia había propuesto el título. Manifestó que era una obrita curiosa que le había hecho recordar no pocos momentos de su vida tangerina donde convivían tres culturas diferentes (cristiana, judía y musulmana) y en la que los judíos eran ciertamente peculiares y poco proclives a la integración. Este recuerdo y la lectura de la obra le llevó a reflexionar que el odio que sobre ellos recayó quizás se debiera a la opulencia con que vivían fruto de la enorme riqueza acumulada. También comentó que pese al título, los objetos -los 'netsuke'- son sólo una disculpa del escritor para escribir sobre su familia.

Tras Ana intervine yo, Juan Carlos, para decir que a mí la obra me había gustado por esa peculiar manera de recorrer los últimos 150 años de historia europea. Que, en efecto, no era exactamente una novela, sino más bien una investigación siguiendo el rastro de unos objetos que le llevan a hablar de los custodios de los netsuke durante ese largo período. También comenté lo mucho que me había agradado el modo de actualizar algunos momentos del pasado a través del empleo del presente de indicativo transmitiendo así la sensación de estar 'viendo' en ese preciso instante la acción que se nos narra. Por último llamé la atención sobre la transformación ya no sólo de Europa sino también de Japón país de donde proceden esos 'bibelots' que llegaron a manos de la familia Efrussi como consecuencia de la apertura del país nipón a Occidente en la segunda mitad del XIX; una apertura transformadora semejante -pero para nada equivalente- a la realizada por los japoneses al estilo de vida americana como consecuencia de haber sido derrotados en la IIª Guerra Mundial. [en mi blog tengo reseña hecha de la novela donde presento mejor esta opinión]

A partir de aquí la Tertulia derivó como es natural a hablar más de los judíos que de la obra en sí en la que no se aprecian características literarias muy destacables. A este respecto, Mamen manifestó su disgusto con el libro que le había parecido muy pesado y en el que echaba en falta un mejor aprovechamiento de ciertos personajes, fundamentalmente del de Anna, la empleada que con riesgo para su vida salvó con ingenio las 264 piececillas de la colección. El exceso de erudición y de referencias a autores, pintores, pensadores, y tal pareció a muchos tertulianos algo abrumador haciéndoles considerar al libro más como un catálogo que otra cosa.

A Inma, a quien sí le había agradado en líneas generales, la obra le había parecido más una Crónica de la familia del escritor que otra cosa. Juan Dionisio confesó que se había saltado algunas partes porque le parecían en exceso descriptivas (el vestidor de Emmy con sus numerosísimos trajes para cualesquiera circunstancia, por ejemplo) y de una pesadez suprema. Fue él quien vino a coincidir con Guida en la apreciación de que eran sólo la primera parte (la historia de Charles) y la última (la de Iggie y Jiro en Japón) las que tenían interés novelesco.

La mayoría de contertulios venían a convenir que nada nuevo por desconocido les había aportado el libro. A este respecto yo comenté que dadas nuestras numerosísimas lecturas y nuestro conocimiento del mundo es normal que no nos sorprendiese la  historia de los sufrimientos de los judíos en la época nazi, pero que con todo y con eso a mí sí me había sorprendido ver que el tratamiento racista del nazismo fue el mismo con aquellos judíos menos pudientes que con los pudientes a pesar de que habían intentado asimilarse y confundirse con la cultura del país donde vivían (Austria; en seguida Alemania) a quien incluso habían hecho préstamos para que no naufragase en las épocas de crisis. A este respecto, Cecilia habló de comportamiento teatral de esta familia que defendía una actuación en casa y otra de puertas hacia afuera

Lo que más nos había agradado a todos fue comprobar que muchos de los personajes que aparecen en pinturas y obras literarias que nos encantan o han encantado desde siempre son seres 'reales': el Charles Swan de Marcel Proust que bebe en Charles Efrussi, o en "La marcha Radetzki" (novela que deberíamos de comentar en alguna de nuestras tertulias) de Joseph Roth el Banco donde el millonario Trotta mete todos sus caudales durante la depresión alemana y que no es otro que la Banca Efrussi. Y lo mismo sucede con esos cuadros de los pintores impresionistas que compran estos personajes y en los que a veces aparecen representados.

Pintores impresionistas, Renoir, Manet, Monet, Degas, Marais, París

Por último una entretenida parte de la tertulia se nos fue en comentar que en esta ocasión estamos ante una obra que relata hechos reales como la mayoría habíamos comprobado. Juan Dionisio, muy escamado por vicisitudes pasadas, lo subrayó (ja, ja...). También Cecilia dijo haber comprobado algunos extremos, concretamente había seguido en especial la pista a Gisele y Bauer que se habían venido a España; en la Granja de San Ildefonso (Segovia) se conserva a día de hoy un edificio algo abandonado denominado 'Palacete Bauer'.

En lo que todos coincidimos fue en señalar la enorme sensibilidad que tiene Edmund de Waal y cómo logra transmitir la emoción que le produce la contemplación de las obras artísticas. No en balde él es un artista ceramista y concede a los objetos creados un valor supremo. Y es que de eso va este libro, de objetos, y más concretamente de lo que hay detrás de estos objetos.

Rincón poético
Carmen Sánchez era la encargada en esta sesión de deleitarnos con el recitado del poema elegido por ella. Su elección fue "Valgo", un poema en prosa atribuido a Jorge Luis Borges. Digo atribuido porque según lo buscaba por Internet para incluirlo en esta crónica he visto que no hay seguridad absoluta sobre su autoría. Quienes dudan de la misma suelen atribuírsela a la poeta norteamericana Nadine Stair quien lo publicó en 1978 dentro de su poemario "Instantes". Sea como fuere lo que sí es cierto es que el poema transmite un interesante mensaje que logró emocionarnos a todos.

"VALGO"
De tanto perder aprendí a ganar; de tanto llorar se me dibujó la sonrisa que tengo. Conozco tanto el piso que sólo miro el cielo. Toqué tantas veces fondo que, cada vez que bajo, ya sé que mañana subiré. Me asombro tanto como es el ser humano, que aprendí a ser yo mismo. Tuve que sentir la soledad para aprender a estar conmigo mismo y saber que soy buena compañía. Intenté ayudar tantas veces a los demás, que aprendí a que me pidieran ayuda. Trate siempre que todo fuese perfecto y comprendí que realmente todo es tan imperfecto como debe ser (incluyéndome). Hago solo lo que debo, de la mejor forma que puedo y los demás que hagan lo que quieran. Vi tantos perros correr sin sentido, que aprendí a ser tortuga y apreciar el recorrido. Aprendí que en esta vida nada es seguro, solo la muerte… por eso disfruto el momento y lo que tengo. Aprendí que nadie me pertenece, y aprendí que estarán conmigo el tiempo que quieran y deban estar, y quien realmente está interesado en mi me lo hará saber a cada momento y contra lo que sea. Que la verdadera amistad si existe, pero no es fácil encontrarla. Que quien te ama te lo demostrará siempre sin necesidad de que se lo pidas. Que ser fiel no es una obligación sino un verdadero placer cuando el amor es el dueño de ti. Eso es vivir…La vida es bella con su ir y venir, con sus sabores y sin sabores… aprendí a vivir y disfrutar cada detalle, aprendí de los errores pero no vivo pensando en ellos, pues siempre suelen ser un recuerdo amargo que te impide seguir adelante, pues, hay errores irremediables. Las heridas fuertes nunca se borran de tu corazón pero siempre hay alguien realmente a dispuesto a sanarlas con la ayuda de Dios. Camina de la mano de Dios, todo mejora siempre. Y no te esfuerces demasiado que las mejores cosas de la vida suceden cuando menos te las esperas. No las busques, ellas te buscan. Lo mejor está por venir.


La Próxima Tertulia
Mercedes comentó el deseo manifestado por Teresa -a quien desde aquí deseamos una pronta y completa recuperación de su operación de rodilla- de celebrar la tertulia del próximo mes de noviembre en su domicilio madrileño.  A todos nos pareció una agradable posibilidad y de inmediato la aceptamos, y comenzamos a barajar posibles fechas para realizarla. Decidimos que si a Teresa le venía bien y estaba de acuerdo nos reuniríamos en su casa el próximo día 22 de noviembre, jueves, a la hora acostumbrada, las siete de la tarde.

La lectura que elegimos vino propuesta en esta ocasión por Mary Luz. Se trata de la novela "El corazón es un cazador solitario" que escribiera a mediados del siglo pasado la escritora norteamericana Carson McCullers. Esta autora murió tempranamente en 1967 de una hemorragia cerebral; está considerada como pionera en el tratamiento de temas como el adulterio, la homosexualidad y el racismo. Además -y esto ya sólo es una opinión mía- escribe de manera deliciosa. De la novelita en cuestión dice su sinopsis lo siguiente:
Escrita con tan sólo veintitrés años, El corazón es un cazador solitano (The Heart is a Lonely Hunter, 1940) fue la primera novela de Carson McCullers y dio a conocer la magnitud de su talento. Centrada en el ambiente de una pequeña ciudad sureña y en un grupo de personas que -en torno a la figura emblemática del sordomundo John Singer, el personaje más conseguido de esta genial autora- tienen en común la esencial soledad, su marginalidad y el rechazo de una sociedad que les ignora, El corazón es un cazador solitario es ya un clásico de la narrativa contemporánea. Leyendo El corazón es un cazador solitario el lector no puede evitar implicarse con cada uno de sus personajes y vibra ante la experiencia de seguir a Carson McCullers en su viaje por las profundidades del alma humana. Esta pieza maestra justifica sobradamente las palabras que Graham Greene escribió acerca de su autora: «Carson McCullers y quizá William Faulkner son, tras la muerte de D. H. Lawrence, los únicos escritores con una sensibilidad poética original. Prefiero Carson McCullers a William Faulkner porque escribe de modo más claro; la prefiero a D. H. Lawrence porque no tiene mensaje.»

domingo, 30 de septiembre de 2018

Almudena Grandes: "Las tres bodas de Manolita". Tertulia inaugural del período 2018-2019

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Calor durante este final de septiembre. Como ya va siendo norma, todos decimos no recordar un inicio de otoño tan veraniego, un lugar común como tantos otros. Lo cierto es que el pasado día 24, lunes, como solemos hacer todos los septiembres los tertulianos nos acercamos al kiosko "Montserrat" de Madrid-Río y en torno a una mesa bien surtida de tapas y bebidas a las que amablemente nos invitaron Ana y Mercedes por sus respectivos cumpleaños y onomástica, hablamos sobre lo que nos había parecido el libro que allí nos convocaba.

Como ya es costumbre abrió la serie de opiniones sobre la novela de Almudena Grandes quien propuso su lectura, en esta ocasión quien esto escribe, o sea, yo mismo. Comencé explicando el motivo por el que tras muchos años de alejamiento de la escritora madrileña decidí acercarme de nuevo a ella. Este no era otro que ver cómo en blogs amigos sus últimas producciones eran muy alabadas. Leí, antes que "Las tres bodas de Manolita", "Los besos en el pan", precisamente la novela siguiente a la que llevábamos de lectura; y como me había gustado bastante al poco me puse con éste que compré en formato de bolsillo el 23 de abril pasado. 

Muchas cosas me gustan de "Las tres bodas de Manolita" como hace ya meses señalé en mi blog [reseña aquí] pero esencialmente son tres o cuatro las más relevantes: primero, el costumbrismo historicista tan galdosiano de que hace gala la autora en esta tercera entrega de lo que ella significativamente denomina "Episodios de una guerra interminable"; en segundo lugar, esa manera de narrar que a mí me ha captado por completo con esos avances y retrocesos en el relato, especialmente cuando realiza sin previo aviso anticipaciones de lo que ya pasó pero los lectores aún no sabemos por lo que hemos de apresurarnos a leer para poder comprender del todo lo sucedido; en tercer lugar -señalé- me ha gustado ver cómo Almudena da voz en esta novela, y en muchas otras suyas también, al pueblo anónimo, protagonista auténtico de la marcha histórica aunque sus nombres particulares nunca pasen a los libros de historia, especialmente a mujeres como Manolita, Isabel, Eladia y otras muchas más que con esfuerzo y entrega desmedida lograron sacar adelante a los suyos y mantener también la esperanza de esos hombres salvajemente condenados a muerte o a trabajos forzados. Y aquí me paré para dar paso al resto de contertulios y que el intercambio de opiniones y participación en el debate resultase más fluido.

Mary Luz añadió a estas consideraciones la de que esta novela le había mostrado cosas que ella desconocía y de éstas la que sin lugar a dudas más le había impresionado era la del internado de chicas, hijas de republicanos presos, que regentado por monjas se servían de ellas para la realización de trabajos de lavandería en un régimen laboral que sólo cabría calificar de esclavista. Este asunto y el de la manera que tenían de sobrevivir los presos condenados a trabajar en Cuelgamuros fue lo que junto al innegable atractivo de la lectura más la habían impresionado. 

Por su parte Mamen comentó que la historia le había resultado muy interesante aunque, sin lugar a dudas, a la misma le sobraban varios cientos de páginas, razón por la que en ocasiones -el último capítulo especialmente- le había resultado muy pesada. Con todo y con ello conocer aspectos como el sobrecogedor de Cuelgamuros le había hecho proseguir y no desfallecer en la lectura hasta finalmente culminarla.

Fue Mercedes la que con más entusiasmo abordó su turno. Nos dijo que, aunque el grosor del libro la asustaba un poco y tenía ciertas reticencias al comenzar la novela, fue aparecer en el relato la figura del Marqués de Hoyos y quedar ya del todo atrapada en su lectura. Y es que -nos explicó- su tesis doctoral iba sobre la figura de este anarquista decadentista, noble y homosexual, escritor prolífico de novela erótica sicalíptica. Es precisamente el tipo de erotismo suave exhibido en sus novelas el que puede verse en el personaje de Eladia, la folklórica enamorada y protectora de 'su' Antoñito el Guapo, que se reserva para quien ella quiere y no para cualquiera. Además Mercedes comentó lo mucho que le había agradado la técnica empleada en ocasiones de narrar al tiempo dos acciones distintas. Puso como ejemplo la manera de entreverar la acción de la construcción por parte de Silverio de la cabaña en Cuelgamuros con el recuerdo del texto análogo en  la historia de Robinson Crusoe escrita por Daniel Defoe. Este homenaje a la literatura (Defoe, Galdós, Unamuno...) fue reconocido por todos los que allí estábamos.

Tras Mercedes, Cecilia expresó que, pese a las cosas que la novela le había desvelado: la manera de sobrevivir los presos en la construcción del Valle de los Caídos, la historia de la fábrica de armas en el mismo Madrid asediado o la del internado de chicas, la novela no le había agradado. Echaba en cara a la autora lo abigarrado de su escritura que hacía -afirmó- que el lector se perdiese en un sinfín de subordinadas que apenas si concluían adecuadamente. Además, dijo, del amplio número de personajes apenas si había alguno verdaderamente creíble; y es que ¿acaso la pareja formada por Eladia y Toñito era verosímil? Más bien le parecía algo propio de folletín.

Al resto de contertulios la novela en líneas generales sí les satisfizo. Así a Juan Dionisio, aunque le pareció algo tediosa y reiterativa la abundante inclusión de incisos que cortan la linealidad narrativa, en general la novela le entretuvo y le había gustado mucho. Guida, por su parte manifestó que le había agradado sobre todo por hablar de aspectos que durante décadas nos habían sido vedados a los españoles. A este respecto se abrió un animado comentario entre todos sobre cómo la enseñanza y la censura de ciertos contenidos conforma el pensamiento de las generaciones siguientes; en el caso de la guerra civil y su posguerra nosotros mismos éramos, por nuestro desconocimiento, claro ejemplo de ello. Siguió Guida hablando y dijo que era una novela en la que la historia estaba por encima de los personajes, a diferencia -afirmó- de sus cuatro primeras obras, más libros de personajes, mientras que aquí estábamos fundamentalmente ante una novela coral en la que la historia, la sociedad, el grupo de seres humanos, primaban sobre las anécdotas de los particulares. Cerró su intervención Guida comentando la cuidadosa y pertinaz técnica de trabajo que acomete la autora en sus novelas documentándose ad infinitum, algo que en "Las tres bodas de Manolita" es muy perceptible.

Ana dijo que le había gustado mucho. Que la manera de mostrar cómo se vivió la posguerra la había impactado y le había hecho recordar un libro de Arturo Barea que la había impresionado, "La raíz rota", una novela también de tono costumbrista como la de la Grandes que ella había leído hacía ya tiempo. Margarita comentó que se le habían hecho algo pesados el principio y el final, pero que en líneas generales le había gustado mucho. Dijo que le apetecía mucho al salir del trabajo llegar pronto a casa para tras comer ponerse de nuevo a leer la novela. A mí me hizo mucha gracia escucharle decir esto porque es una sensación semejante la que a mí también se me aparece cuando algo que estoy leyendo me encanta. Concluyó Margarita diciendo que de toda esa amplia galería de personajes que aparecen en la novela quizás el que más le había gustado por todo (simpatía, bondad, compromiso, amor, etc.) era Silverio.

Y la ronda de intervenciones la cerró Inma quien abundó en varios de los aspectos ya señalados y manifestó, tras decir que la novela sí le había gustado, que el costumbrismo que la autora presentaba a veces le había resultado falso. Concretamente dijo que esa lengua castiza que exhibía la escritora para crear color local le había parecido en ocasiones inventada por inexistente.

Una novela extensa que dio por resultado, como habréis visto, una tertulia animada y extensa pero para nada aburrida.

El libro de nuestro próximo encuentro
En esta ocasión decidimos tirar de listados anteriores y elegimos como novela para la próxima tertulia la de Edmund de Waal, "La liebre con ojos de ámbar" que ya todos en este momento debemos de tener en nuestro poder. La reunión la haremos el próximo martes día 23 de octubre en el Café del Rey en calle Paseo del Rey 22, lugar al que ya hemos acudido varias veces y que resulta del agrado de casi todos. La hora, como siempre a las 19:00.
En cuanto a quién corresponde en esa próxima reunión recitar el poema que sea de su elección, esta vez es Carmen Sánchez la responsable de hacerlo.

Rincón poético
Fue Juan Dionisio el encargado en esta tertulia de halagarnos el oído y el alma con su selección poética y el recitado correspondiente. Como no cabía esperar otra cosa de él, nos entregó antes de declamar los poemas el texto escrito de los mismos a fin de procurar que no perdeiéramos detalle. Se trata de dos poemas de dos autores muy diferentes entre sí. El primero es de Angel González, poeta muy querido por quien esto escribe y me parece recordar que ya hubo algún poema suyo en este Rincón Poético, pero mi memoria es frágil y no sabría concretar ni el cuándo ni el por quién. El segundo, pertenece a Angela Figuera Aymerich, poeta cuyo nombre algunos habíamos oído o leído alguna vez pero nada conocíamos de su quehacer poético. Los dos poemas elegidos tienen ese punto de gracia tan exigible a la creación literaria aunque el de Angel González poetice un momento muy entendible por los adultos y el de Figuera Aymerich lo sea de un juego infantil.


Angel González
'Inventario de lugares propicios al amor'
(de “Tratado de Urbanismo”, 1967)


Son pocos.
La primavera está muy prestigiada, pero
Es mejor el verano.
Y también esas grietas que el otoño
Forma al interceder con los domingos
En algunas ciudades
Ya de por sí amarillas como plátanos
El invierno elimina muchos sitios:
Quicios de puertas orientadas al Norte,
Orillas de los ríos,
Bancos públicos.
Los contrafuertes exteriores
De las viejas iglesias
Dejan a veces huecos
Utilizables aunque caiga nieve.
Pero desengañémonos: las bajas
Temperaturas y los vientos húmedos
Lo dificultan todo.
Las ordenanzas, además, proscriben
La caricia (con exenciones
Para determinadas zonas epidérmicas
-sin interés alguno-
En niños, perros y otros animales)
Y el “no tocar, peligro de ignominia”
Puede leerse en miles de miradas.
¿A dónde huir, entonces?
Por todas partes ojos bizcos,
Córneas torturadas,
Implacables pupilas,
Retinas reticentes,
Vigilan, desconfían amenazan.
Queda quizá el recurso de andar solo,
De vaciar el alma de ternura
Y llenarla de hastío e indiferencia,
En este tiempo hostil, propicio al odio.

Ángela Figuera Aymerich
'JUGANDO'
(“Cuentos tontos para niños listos”)

-¿Redonda?
- La Luna.
-¿Y redondo?
- El Sol
-¿Redonda?
- La bola.
-¿Redondo?
- El balón
-¿Redonda?
- La fresa.
-¿Redondo?
- El fresón
-¿Redonda?
- La rosca.
-¿Redondo?
- El roscón
-¿Redonda?
- La lima.
-¿Redondo?
- El limón
-¿Redonda?
- La plaza.
-¿Redondo?
- El balcón
-¿Redonda?
- La torre.
-¿Redondo?
- El reloj
-¿Redonda?
- Tu cara.
-¿Redondo?
- Mi corazón
-Tu corazón no es redondo
-Tú ¿lo ves?
- ¡Claro que no! 
-Entonces, ¿cómo lo sabes?
-Porque sí.
- ¡Vaya razón!
-Es mío y sé que es redondo.

- Pues ya no juego.
- Ni yo.



martes, 19 de junio de 2018

Última tertulia del curso 17-18 con Cena de despedida

3 comentarios:
Quizás haya sido, que yo recuerde, la reunión más numerosa en tiempos. Sólo faltó Maru por unas ineludibles obras en su pueblo (¡ánimo, Maru, no desesperes, que ya están más cerca de su final!).  La cita era en "Metro Bistro" de la calle Imperial, cerquita de la Plaza Mayor y de la Puerta del Sol; la hora, la de las ocho de la tarde por eso de dedicar un tiempo al espíritu comentando el libro que llevábamos antes de darle al cuerpo lo que el calor y el momento del día demandaban: saciar la sed y el hambre.

La tertulia sobre "El mundo deslumbrante" de Siri Hustvedt
Todo discurrió como la seda. Las intervenciones en esta ocasión hubieron de ser más concisas a fin de dar oportunidad de decir algo sobre la obra leída a todos los asistentes antes de que la elección de platos y bebidas del menú vinieran a cambiarnos el chip.

Como ya es norma entre nosotros la salida la dio la proponente de la lectura que en esta ocasión había sido Mamen. Dijo que ella se la había leído ya dos veces pues su propuesta primera fue hacía ya algún tiempo. Le había parecido una novela muy interesante por el asunto de discriminación de la mujer que denunciaba, porque era sobre todo un magnífico estudio psicológico sobre el asunto de la identidad y porque estaba muy bien escrita; además, dijo que la imagen que ofrecía de Nueva York le parecía cautivadora y le había hecho revivir sus estancias y conocimiento de esa ciudad.

Por turno de proximidad a Mamen, habló a continuación Guida quien señaló que en la novela había más de lo aparente, que en ella existían dos o tres niveles y que no cabía pensar que sólo fuera una reivindicación de la desigualdad entre hombre y mujer en el mundo del Arte. Estimaba Guida que los conocimientos filosóficos, psicológicos, artísticos... que demuestra la escritora en este libro eran impresionantes y de profundizar en ellos (algo que por su enormidad y falta de tiempo ninguno de los asistentes habíamos hecho) se entraría en otra dimensión lectora, sería como 'jugar en otra liga'.

Ana, Margarita de Tena y Mary Luz expusieron a continuación su pensamiento sobre esta novela. Ana dijo que la había leído hacía ya tiempo y que sin desagradarle lo más mínimo no era la obra de la escritora norteamericana que más le había gustado. Margarita dijo que sí le había agradado pero que había en ella tal cúmulo de información, citas y demás que en ciertos momentos le había resultado abrumadora. Mary Luz declaró que sin haberla acabado aún le parecía una novela que no engancha y que ella en muchos momentos no había conectado con la misma; sin embargo tras haber escuchado a las anteriores participantes que el final era soberbio y que hacía ganar muchos enteros al relato, se proponía culminar la lectura.

Cecilia habló del contento que la lectura de esta obra le había supuesto y, con cierto pícaro guiño de ojos, dijo que Cervantes y "El Quijote" se vislumbraban claramente en ella. Y lo fundamentó en el juego de máscaras, los heterónimos, los textos encontrados, la extensa confesión realizada por un segundo y falso narrador, etc., etc. Además añadió el enciclopedismo contenido en la novela con citaciones a pie de página que provocaban que la lectura fuese híbrida igual que la propia obra de creación que es al tiempo novela, ensayo, tesis doctoral... En cuanto a la protagonista, Harriet Burden, manifestó Cecilia un cierto disgusto con ella pues consideró que no luchó lo suficiente para salir del yugo machista bajo el que decía estar, que no tomó decisiones valientes, que no fue Ulises nunca sino siempre Penélope.

Inma dijo que le había gustado la obra sobre todo por los personajes que le parecieron todos ellos, excepto Clammy que creía que no encajaba debidamente en la narración, bien diseñados. Quizás, por poner un pero al relato, dijo que el hincapié que la Hustvedt hace en el psicoanálisis le pareció algo fuera de lugar por pasado. Aquí el resto de tertulianos intervinimos para apoyar o contradecir esta opinión con argumentos varios.

Fue simpática la intervención de Juan Dionisio que comentó que si durante la lectura de -creo recordar- "Cabaret Biarritz", la novela de José C. Vales, incurrió en la confusión de creer real lo que no lo era, en ésta eso no le iba a pasar y que desde luego ese investigador, I. V. Hees, lo había visto citado en internet con lo que sus dudas sobre si real o no habían desaparecido. Qué sorpresa cuando entre todos aclaramos que el tal Hees no es más que un ser ficticio y que las apariciones en Internet siempre son de la mano de Siri Hustvedt, su creadora. Por lo demás JD expresó que la obra le había resultado algo pesada.

A Carmen que dijo no haber acabado la novela el asunto tratado no le pareció para nada novedoso y la profusión de datos y citas le resultó algo pesado y abrumador. A este respecto María Jesús apoyó a Carmen en la poca novedad de la anécdota; y por su parte quiso resaltar lo bien escrito que está el momento de la enfermedad y desenlace de la personaje protagonista. Sin embargo María Jesús fue dura con la autora a la que acusó de cierto esnobismo por la exhibición de datos, citas, teorías filosóficas, psicológicas y tal que en la obra realiza. En cuanto a lo apuntado por Cecilia sobre el cervantismo contenido en el relato, María Jesús dijo que 'Cervantes, sí; pero en malo'.

Ya tocaba la ronda a su fin con los últimos dos intervinientes en ella: Mercedes y quien firma esta crónica. Mercedes manifestó su contento y disfrute con la novela en especial con esa técnica narrativa que le permite a la autora con acierto y maestría cambiar en una misma página de persona narrativa usando la 1ª, 2ª y 3ª según quién habla, cuándo habla y por qué. El perspectivismo es constante en la novela. Respecto a lo dicho por Inma sobre los personajes dijo que la hippie Clammy le había encantado por lo bien que la autora lograba introducirla en la anécdota en especial durante el desenlace de la enfermedad de Harriet. Y en cuanto a lo sostenido por Cecilia sobre que Harriet es siempre Penélope y no Ulises, su discrepancia era absoluta pues la novela es demostración de que en la medida de sus fuerzas esta mujer se levantó contra su condición como un auténtico coloso, quiero decir, Ulises.

Me tocaba cerrar a mí el círculo y poco podía añadir ya en jornada tan festiva. Sólo alcancé a resaltar el hibridismo de la narración y la importancia de las citaciones que realiza. Señalé que estas citas a pie de página no cabe dejarlas sin leer dado que las mismas forman parte de la propia novela y no siempre se refieren a obras existentes realmente sino que muchas veces continúan -¡y explican!- lo ficcionalizado en el texto principal. Me uní a la opinión de Guida sobre los diversos niveles de lectura contenidos en la obra; y ante la pregunta de Mercedes de a qué niveles me estaba refiriendo, contesté que todo dependía del nivel de intelección del lector, así habría uno básico: el de la anécdota principal, y otros secundarios no menos importantes de los que cada lector entendería o no según sus intereses como el referido a la filosofía de la percepción, el psicoanálisis, el elitismo de los círculos artísticos y/o la falsedad, engaño e impostura que en ocasiones existe en estos mismos círculos. Pero como siempre hago mi opinión más reposadamente la dejo expresada en la reseña que tengo publicada en mi blog [se puede leer aquí].

La próxima lectura
Tras la tertulia, algo presurosa en esta ocasión, realizamos la elección del vino (un verdejo blanco magnífico el elegido de nombre "El perro verde") y de platos a compartir (dos por cada cuatro comensales) e individuales. Todos los elegidos resultaron excelentes de sabor y presentación, pero no quisiera pararme en ellos al no tener plena constancia de los que fueron; sólo diré que en líneas generales tanto de ellos como de los postres saboreados, también compartidos, sólo se oyeron más que alabanzas.

Mientras aguardábamos que los camareros atendiesen nuestra comanda y nos sirviesen los platos realizamos la elección de la obra que leeríamos para la próxima cita, ésta ya setembrina. Muchos títulos se pusieron sobre la mesa y a riesgo de olvidar o confundir alguno intentaré citar todos a continuación:
  • "Las tres bodas de Manolita" de Almudena Grandes
  • "La primera mano que sostuvo la mía" y "Instrucciones para una ola de calor" de Maggie O'Farrell
  • "La liebre con los ojos de ámbar" de Edmund de Waal
  • "Lejos de Ghana" de Taiye Slasie
  • "TRILOGÍA DEL MUCHACHO" formada por los títulos siguientes: "Entre cielo y tierra", "La tristeza de los ángeles" y "El corazón del hombre" del islandés Jón Kalman Stefánsson
Realizada una votación sobre los títulos aportados por todos resultó elegida como lectura veraniega "Las tres bodas de Manolita" de Almudena Grandes

Quedamos en vernos el próximo 24 de septiembre en el acostumbrado kiosko "Montserrat" de Madrid Río.

Hasta ese día os deseo a todos un más que muy buen verano. ¡Cuidado con el sol que este año viene fuerte!

sábado, 19 de mayo de 2018

De tertulia con Pedro Mairal y "La uruguaya"

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Por fin parece que la primavera se ha dejado ver. Al menos el otro jueves en el Paseo de Rosales el sol lucía, entreverado, eso sí, de nubarrones de tormenta, que afortunadamente no vertieron gota alguna sobre la terraza de 'La Perla' donde a las siete de la tarde nos habíamos citado los integrantes de "más que palabras...".

Como clavos a la hora fijada ocho tertulianos saboreábamos cervezas y refrescos al tiempo que iniciábamos el intercambio de impresiones sobre el libro que el grupo de lectura habíamos decidido leer y comentar durante este mes de mayo: la novelita del argentino Pedro Mairal, "La uruguaya".

Rompió el fuego Margarita Tena al haber sido ella quien hizo la propuesta lectora. Dijo que lo había leído hacía ya tiempo y que al oír en la anterior reunión que Juan Carlos lo citó como posible novela para leer, se animó y ni corta ni perezosa lo propuso. Siguió diciendo que aunque era obra de no muchas pretensiones la novelita le había gustado porque reflejaba bien esa crisis que a los hombres les suele acometer cuando cursan la década de los cuarenta y ven que la juventud se aleja y las responsabilidades paternas crecen, pues un mocoso al que sí, claro, se le quiere mucho, centra la vida de la pareja que lo ha engendrado. Cuando tal cosa sucede la mente de Lucas Pereyra, nuestro hombre en Buenos Aires, comienza a rememorar, fantasear e imaginar una serie de no sé cuantas aventuras que tuvo o no, realmente, y otras que sí anhela tener. Entre estas últimas está la que constituye el núcleo de la trama  de este relato, la imaginada y constantemente frustrada canita al aire con esta uruguaya joven y guapa que le tiene absorbido el seso desde que la conoció hará cosa de un año. El humor, dijo Marga, es importante y la novela le hizo reír en no pocas ocasiones.

Tras la exposición de Marga, el resto de contertulios nos lanzamos a comentar la novela de una manera más interactiva que en otras ocasiones. El intercambio de opiniones y de participación en la conversación fue fluido y natural si bien en algún momento algún tertuliano no supo esperar a que otro acabara lo que estaba diciendo e intervino cortando la intervención de éste. Quizás se echó en falta la figura del moderador que como ya señalé en otra crónica anterior debería de recaer en quien abre la tertulia de manera que sea él/ella quien dirija el debate. Siempre buscando mejoras, como podéis comprobar.

Pero dejemos estas cuestiones y pasemos a dar cuenta de las ideas que nos suscitó Pedro Mairal. Inma dijo que el libro le había gustado pues era una novelita muy entretenida y con toques de humor innegables. Al hablar del humor muchos entramos a comentar diversos momentos hilarantes del relato. Uno de esos momentos graciosos -señaló Marga- es ese giro final que rompe la cintura del lector cuando Lucas descubre que Cata, su mujer, le ha sido infiel ¡con otra mujer! A raíz de esto -añadió Guida- el personaje masculino se viene a replantear todo el funcionamiento de la institución familiar. Ana, por su parte, comentó que la novela no le había resultado muy de su gusto pues estimaba que había otras escritas también por autores del cono sur americano mucho mejores y como con más chicha. Concluyó diciendo que era eso, una novelita sin pretensiones.

Antes de proseguir con la crónica voy a hacer un inciso para introducir las interesantísimas aportaciones que tanto Ana como Guida nos hicieron llegar antes de iniciar la tertulia propiamente dicha, mientras aguardábamos la llegada de los asistentes a la misma. A preguntas de Mary Luz sobre qué les había parecido a ambas la mesa redonda sobre literatura testimonial a la que habían asistido el pasado jueves 10 de mayo en la Biblioteca Nacional nos respondieron con todo lujo de detalles dándonos una serie de autores que uno de los participantes en esa mesa, Marcos Giralt Torrente, había dado como influencias directas sobre él. No tomé nota de estos nombres y quedó Guida en que nos los haría llegar. Por contra sí que tomé los de algunos escritores latinoamericanos a los que se refirieron y que surgieron un poco al hilo de esa afirmación de Ana de que en Sudamérica hay autores mucho mejores que Pedro Mairal.  Ambas compañeras citaron, entre otros muchos, a Lina Meruane con "Sangre en el ojo", Daniel Sada con "Porque parece mentira la verdad nunca se sabe", Emiliano Monge con "Las tierras arrasadas" y Guillermo Saccomanno con "Cámara Gesell". La mayoría de estas novelas -nos dijeron- son relatos duros que hacen pocas concesiones al lector, pero son obras por demás interesantes.También Ana citó una narración escrita por un autor no sudamericano, Edouard Louis titulada "Para acabar con Eddy Bellegueule" de la que resaltó su tremenda dureza.

Tras este breve parón en la narración prosigo. Yo mismo, -[quien lo desee puede leer en mi blog mi reseña sobre "La uruguaya"]-,  que ya había metido baza cuando se habló del humor, expresé primero mi contento por la lectura de esta novela dado el respiro que, como también había dicho Inma, nos había dado ante lecturas de meses anteriores que nos habían dejado sin aliento; además, dije, es como la anterior que leímos de Manuel Vilas: una obra escrita por un hombre y no por una mujer como últimamente viene siendo la tónica. Tras esto señalé dos elementos que me habían parecido interesantes en "La uruguaya": el primero, la fuerte presencia de literatura que hay en el relato (Borges, Rimbaud, Cortázar...); el segundo, el estilo fluido y natural con que discurre la narración alternando dos tiempos, el real de esas 17 horas en que todo acontece, y el evocado y recordado durante su transcurso. El tránsito de uno a otro lo realiza de modo magistral. Aquí Guida señaló cómo cambia de persona narrativa según esté en uno u otro tiempo.

Mercedes fue sin duda alguna la que más se había fijado en los aspectos técnicos. Antes de nada quiso decir que al principio la obra le parecía como un pan sin sal; menos mal, añadió, que empecé a ver alusiones literarias y que el día en Montevideo del propio Lucas no deja de ser una especie de salida quijotesca (aquí todos recordamos a nuestra querida amiga Cecilia, cervantista donde las haya). Al citar a don Quijote todos comentamos algo al respecto. Luego ya Mercedes resaltó especialmente el muy buen uso de las distintas personas narrativas, los distintos estilos empleados, el manejo en los tiempos verbales... Todo el librito, dijo, es como un compendio de recursos narrativos. Diríase, finalizó, que Pedro Mairal fuese profesor de narrativa o estilística (¡lo es; lo es!) y hubiese ensayado en esta narración todos los recursos que conoce. También al hilo de la intervención de Mercedes otros tertulianos hablaron de la metaliteratura practicada en "La uruguaya".

Mary Luz intervino comentando algo tan importante como la mostración de la realidad de la Argentina con sus terribles problemas de inflación, que son los que están en la base del  viaje de este Ulises que es Lucas. Un viaje en el que topará con las sirenas (la Maga Guerra) que le desviarán de su camino y retrasarán su vuelta a casa. También Mary Luz destacó la importancia que tiene la música en esta novela.

Guida cerraría el orden de intervenciones si es que tal orden hubiese existido. En su lugar como ya he señalado intentamos en esta tertulia hacerla más fluida, más conversacional, menos profesoral, y cuando el círculo se cerraba con ella es verdad que casi todo ya había sido dicho por el resto y también por ella misma como ya se ha podido comprobar. Quizás, ahora recuerdo cómo habló sobre la visión que los argentinos tienen de Uruguay, al que consideran un país liberal de costumbres, abierto, alegre..., claramente un objeto de deseo en su imaginario. Al hablar de Uruguay y de ese viaje de sólo 17 horas, Ana comentó su experiencia personal del viaje en el transbordador que la llevó de Buenos Aires a Colonia en Uruguay. Es el mismo viaje que hace Lucas cuando va a por plata a Montevideo. Comentó Ana la belleza de esta localidad, Colonia, y cómo los argentinos (¡buenos son ellos!) le dijeron que Montevideo no valía nada.

En general, pues, la novela había gustado a la gran mayoría, y es que no es frecuente encontrar literatura transmitida en un formato ligero y no exenta de calidad.


Momento poético
Al estar ausente Maru, a quien por orden le correspondía el turno de recitado poético, Mercedes llevó hasta la reunión desde su biblioteca un volumen trabajado y muy consultado por ella a lo largo de los años. Se trataba de la "Segunda Antolojía Poética (1898-1918)" de Juan Ramón Jiménez. Ella, que es juanramoniana por los cuatro costados leyó al azar una serie de poemas de este volumen recopilatorio. Concretamente pudimos escuchar en su voz los poemas "La Amapola", el poema 'Intelijencia, dame' de su poemario "Eternidades" y, por último, 'Valle nuevo a través de la cristalería', poema 239 de dicha "Segunda antología". No recuerdo ahora mismo si recitó alguno más. A continuación pongo el texto de estos tres poemas en letra y, con el permiso de Mercedes, en mi propia voz. Veamos qué tal resulta la operación:

Intelijencia
(de “Eternidades”)


Intelijencia, dame
el nombre esacto de las cosas!
Que mi palabra sea
la cosa misma,
creada por mi alma nuevamente.
Que por mí vayan todos
los que no las conocen, a las cosas;
que por mí vayan todos
los que ya las olvidan, a las cosas;
que por mí vayan todos
los mismos que las aman, a las cosas...
¡Intelijencia, dame
el nombre esacto, y tuyo,
y suyo, y mío, de as cosas!

La Amapola,
(Segunda Antología Poética)

¡Amapola, sangre de la tierra;
amapola, herida del sol;
boca de la primavera azul;
amapola de mi corazón!

¡Cómo ríes por la viña verde,
por el trigo, por la jara, por
la pradera del arroyo de oro;
amapola de mi corazón!

¡Novia alegre de los labios granas;
mariposa de carmín en flor;
amapola, gala de la vida;
amapola de mi corazón!

Valle nuevo a través de la cristalería
Juan Ramón Jiménez

Valle nuevo a través de la cristalería
de colores. Trastorna su lizz y sus colores.
Cristal rojo, azul, verde. Oh qué policromía
falsa, brillante y lírica de hojas y de flores.

La hora, en él, está más distante y más pura.
Lo mismo, de otro modo, ilusión desbordante,
esponja el corazón. Qué encanto, qué ventura
de brisa carmesí y de sol verdeante.

El azahar es celeste; los redondos claveles
de sangre, son morados; los moriscos jazmines
amarillos son cobres; los lustrosos laureles
son naranjas; las Cándidas magnolias son carmines.
(Poema 239 de la “Segunda Antolojía (sic) Poética” publicada en 1920) 


La próxima Tertulia
Como solemos hacer, al finalizar el momento poético hablamos sobre el libro que leeríamos en nuestro próximo encuentro que será, además, el cierre del presente curso. Recordamos todos que Mamen Alonso desde la lejana Helsinki había lanzado un título que a todos nos parecía interesante; es más, ya Inma se había ocupado de sacarlo de la biblioteca y estaba leyéndolo. Se trata de una novela de Siri Hustvedt titulada "El mundo deslumbrante".

La Tertulia siguiente, tras oír a todos, los presentes en la propia reunión, y a los ausentes a través de WhatsApp este mismo sábado en duradera conversación, quedó señalada para el próximo día 14 de junio, jueves, a las 20:00 horas. Da la impresión de que ese día todos podemos asistir, ¡fantástico! La idea es hacer como otros años: tertulia a esa hora y luego tras ella comer algo en el mismo establecimiento. ¿Y de qué establecimiento estamos hablando? Pues del local 'Metro-Bistro' situado en la calle Imperial, 3, muy cercano a la Plaza Mayor de Madrid. Leo en su página que abren todos los días a partir de las 19 horas con lo que, pienso, que no habrá problema para ir al establecimiento a eso de las ocho de la tarde. Pero eso ya se comprobará debidamente al hacer la reserva. Me perdonaréis pero en este momento no recuerdo quien quedó encargado de realizar esta tarea.

Y esto fue todo, amigos. Espero que disfrutéis de la vida (lecturas, viajes, teatro, películas, familia...) y nos lo contemos todo, todo, en cuanto nos veamos de nuevo.

sábado, 21 de abril de 2018

De paseo por Mora, Orgaz, y "Ordesa" del Gran Vilas

3 comentarios:
La Crónica que se me viene encima me acongoja un poco. Porque ¿por dónde atacarla? Nosotros que somos ya tertulianos avezados sabemos que gran parte de la bondad o maldad de un escrito reside en el planteamiento, el enfoque, la organización..., y que luego ya todo viene rodado. Como la novela que llevábamos era de corte memorialista tiraré de repertorio y si me sale en desorden se lo atribuiré al género y si no, diré que opté por la linealidad temporal (je, je...). En fin, ya veremos, me pongo el mundo por  montera y, como dice el clásico, que salga el sol por Antequera.


Ya desde primera hora, qué digo primera hora, desde la noche anterior, la enfermedad se había cebado con una de nuestras compañeras dejándola debilitada, exhausta y descangallada en el lecho del dolor. Es lo que tiene la gastroenteritis que cuando la toma con alguien se resiste a abandonarlo por muchas dietas astringentes que el enfermo -enferma en este caso- haga. ¡Vaya por Dios, mira que es mala suerte!- dijimos los que, aunque algo maltrechos algunos, nos levantamos a primera hora para cumplir el Programa que tan cuidadosamente y con tanta dedicación habían confeccionado María Jesús y Mercedes.

La Jornada
Tuvo, más o menos, el siguiente desarrollo. A las 10:20 recalábamos en la cafetería "Metrópolis" en pleno centro de Mora de Toledo. Allí tomamos café y los tertulianos que participábamos en esta manchega salida (María Jesús, Mercedes, Mary Luz, Cecilia, Inma, las hermanas Tena (Margarita y Teresa), Carmen Sánchez y yo mismo) saludamos a Maite y a Carmen, hermana y amiga respectivamente de Carmen Sánchez. Unas chicas estupendas que se adaptaron a la perfección al grupo y con las que reímos y conversamos a satisfacción.

Tras esta reunión inicial partimos raudos en tres vehículos hacia el Museo del Aceite donde nos esperaba Jonathan, el gañán [así se definió con conocimiento filológico él mismo] que nos iba a ilustrar -¡vaya si nos ilustró!- con todo lujo de detalles sobre el mundo del aceite del que conocía prácticamente todo. Vimos que el chico disfrutaba y, la verdad sea dicha, nosotros también con él. Yo percibí que mis compañeras de tertulia estaban a gusto con este chico a quien dedicaron todo tipo de elogios y parabienes dentro y fuera del Museo que en verdad mereció la visita a pesar del frío que dentro de él pasamos.


Ya fuera del Museo del Aceite pusimos rumbo a Orgaz donde teníamos concertada hora para visitar el Castillo que perteneció al famoso Conde del cuadro del Greco, si bien su última propietaria fue Dª Gema Llopis que dispuso en sus últimas voluntades que el edificio quedase en manos del consistorio municipal. Gracias a eso y a la magnífica reconstrucción que hizo el padre de Dª Gema hacia 1972 del inmueble derruido que había adquirido, ha llegado hasta nosotros una viva muestra de lo que más o menos debió de ser durante la Edad Media un Castillo de vigilancia del camino real que iba de Toledo a Córdoba. Es un castillo peculiar pues está en lo llano y no en un altozano como suele ser lo habitual. Las fotos que acompañan la Crónica nos permitirán recordarlo. Hicimos fotos de todo lo que era presencia patente; por más que nos empeñamos fue imposible hacer lo propio con el mono Jeremías y eso que  nos encomendamos a la Reina de la Fiesta del Aceite 1972, la señorita Gema Llopis, invocándola a través de las fotografías y del vestuario que en el Castillo se conserva. Pero, nada, Jeremías, como que no, tan sólo vimos su inmensa jaula vacía.

Finalizamos la visita al Palacio a una hora ya bastante ajustada y como a las 16:30 habíamos quedado con la guía para que nos enseñase la iglesia nos urgía comer y si era posible incrustar allí, en la sobremesa, la Tertulia sobre la novela de Manuel Vilas. Dejaríamos para más adelante, cuando subiésemos en Mora a la Ermita de Ntra Sra de la Antigua, el recitado de poemas que Inma nos había dicho el día anterior que 'pre-tenía' elegidos. Era intrigante y motivador.


La Tertulia
La comida fue correcta: un menú de 15€ en el que verduras, sopas de ajo, caza  y rabo de toro fueron las estrellas. Los postres también fueron correctos. Comimos, pues, a satisfacción y a eso de las 15:20 iniciamos el intercambio de opiniones sobre la novela de Manuel Vilas.

Abrí el fuego yo al haber sido quien hizo la propuesta del libro. A mí me habría gustado dar a la Tertulia un nuevo estilo que evitase la a menudo espera excesiva para intervenir. Mi propósito quedó a medio camino en parte porque según figuraba en el programa yo pensé que la tertulia sería por la Tarde tras haber concluido toda las visitas y compras y en parte por el tiempo muy ajustado de que dispusimos. Pero bueno no quedó mal la cosa. Expresé en primer lugar el motivo por el que hice la propuesta de "Ordesa": ya la había leído e incluso reseñado [quien quiera ver mi opinión más por extenso puede leer  aquí dicha reseña] y además era una narración de personaje masculino que nos alejaba de los personajes femeninos relacionados sobre todo con otras mujeres (madres, amigas, hermanas...) que tanto habíamos frecuentado en nuestras últimas lecturas. No, aquí, un personaje, Manuel Vilas, hablaba de él y de su relación con sus padres -sobre todo con el personaje de su padre- y con sus hijos. A estas razones de elección añadí dos elementos que me habían agradado muchísimo: La primera, que partiendo de la mera biografía del sujeto protagonista, el autor logra elevar la narración al terreno de la universalidad; y eso a mí me parece meritorio sin ninguna duda. La segunda, ya tiene que ver con el estilo y en especial con esa delicada manera con que Manuel Vilas logra dar a entender informaciones relevantes sobre algunos personajes sin caer en la cruda descripción, tan sólo sugiriendo; a esto contribuye muy mucho esa prosa poética que utiliza para transmitir la historia que nos cuenta.
Tras señalar lo anterior mi intención era la de lanzar unos cuantos temas de debate para sobre ellos construir la Tertulia. Lo logré a medias. Los aspectos que me parecían relevantes en el relato eran dos: el Tiempo y el Amor. Y muy relacionados con ellos estarían la Música, el Humor, la Literatura referencial y la Poesía.

Me gustó que los tertulianos entrasen en desorden a opinar sobre estas cuatro o cinco cuestiones que expuse. Si hubiera habido más tiempo y sosiego quizás el experimento habría resultado exitoso. Pero con todo y con ello yo quedé contento. Durante este constructivo intercambio de opiniones, Mª Jesús estuvo conmigo en la elevación a universal de esa vida familiar que Vilas presenta, aunque a ella le parecía que ese impudor, ese mostrarse ante los demás, era más que nada una concesión a una moda literaria. No hubo mucha opción para detenerse y debatir sobre esto, aunque la mayoría de los contertulios (contertulias, mejor debiera decir) atacaron al hombre porque lo vieron egoísta, mal profesional, mal padre, mal hijo respecto a su madre y adorador de ídolos falsos en sus referencias al padre. En fin, yo vi cómo me iba quedando solo. Afortunadamente Cecilia salió en defensa de la inmensa literatura que hay en esta obra, pero también me pareció ver que venía a decir que el escritor se aprovechaba en exceso de las referencias literarias (Quevedo, el 27, Machado, Dámaso Alonso, Juan Ramón y tantos otros) que germinaban en la novela. Luego ella y muchas otras tertulianas calificaron a Manuel Vilas de engreído y de considerarse por encima del resto. No sé, no sé, a mí me parece que el escritor es un cínico, un irónico y le gusta la provocación y, en parte, levantar respuestas y opiniones como las que en esa escasa hora se pusieron sobre la mesa.
Otra opinión muy generalizada en muchas tertulianas fue que la obra les había resultado muy pesada y muy reiterativa. Pese a estas calificaciones no muy halagadoras para este aragonés todos los tertulianos coincidimos en señalar el magnífico manejo del idioma que tiene el escritor. Pero a mí me quedó la sensación de que en general la obra no había sido muy del gusto de los asistentes: siempre habla de la muerte, no sabemos nada de su mujer, no se sabe ganar a sus hijos, ¿su madre es una mujer estúpida?, acaba uno harto del padre ..., fueron frases muy proferidas en la tertulia.

Prosigue la visita de Orgaz
Y de repente, ¡uy, ya son casi las 16:30. Vámonos! Y así hicimos, marchamos veloces a ver la iglesia de la localidad que había sido restaurada hacía poco tiempo. Una iglesia con hechuras de grande que como tantas cosas en España se quedó en un quiero y no puedo. Una iglesia truncada, abreviada diría yo. En su interior vimos varias esculturas (el Cristo del pie izquierdo, diversas vírgenes, otro cristo de espalda plana para ser  fijado a la pared...) que acababan de haber sido paseadas en procesión durante la Semana Santa. En una capillita perteneciente a la antigua iglesia que la grande absorbió pudimos contemplar un pequeño cuadro del Greco, "El expolio", de los varios que en su taller se debieron de pintar para la confección del mayor que figura en el Museo del Prado. Pero éste -nos dijo la guía orgaceña- era sin duda alguna de Domenico Theotocópuli. Y a la puerta de la iglesia despedimos a la chica que nos había ilustrado sobre la historia y arquitectura de este pueblo que conserva bien su idiosincrasia y tipismo.


¡Ah, se me olvidaba! También en Orgaz visitamos una casa típica, "La Casona", que había recibido múltiples premios  por su fantástica restauración. Allí vimos el estilo árabe de vivir hacia adentro, en el patio al que daban todas las dependencias. ¡Muy bonita la casita en cuestión, sí señor!

En la ermita de la Antigua de Mora. Recital poético
Volvimos a Mora. Aún nos quedaban cosas importantes por hacer. Concretamente faltaba el recitado de poemas que habíamos dejado para cuando visitásemos la ermita de Ntra. Sra. de la Antigua. La ermita en cuestión dista unos siete kilómetros de Mora de Toledo y según nos contó María Jesús los morachos peregrinaban a ella el primer domingo de septiembre. Conserva en su interior algunos cuadros de cierto valor y la imagen que se venera se llama de la Antigua por ser la única que se libró del incendio que destruyó el templo parroquial de Mora durante la Guerra de las Comunidades de Castilla en 1521.

A la entrada de la ermita hay una explanada grande, ancha, magnífica, que nos llamaba a sentarnos en una bancada corrida de piedra junto al muro que delimitaba el espacio abierto. Al abrigo del sol que ya picaba y cómodamente sentados escuchamos a Inma recitar los poemas que había elegido. El primero era del mismísimo Manuel Vilas, concretamente del poemario que publicó el año 2012 titulado "Gran Vilas" y el poema que eligió tenía precisamente ese mismo epígrafe, 'Gran Vilas'. Luego del magnífico recitado de este poema que nos hizo comprender aún mejor si cabe al escritor del que habíamos leído "Ordesa", Inma nos obsequió con otra poesía perteneciente a un autor del que, al menos yo, nada sabía: Roy Galán. El poema se titula 'Hay días cueva y días abismo'. Lo escuchamos en la voz de Inma que, repito, recita muy bien transmitiendo la chispa, el ritmo, el mordiente que el autor ha incorporado al poema. ¡¡Bravo por Inma!!
Ambos poemas esta vez sólo en letra son los que vienen a continuación.
"GRAN VILAS"
Manuel Vilas, poemario "Gran Vilas"

Cómo me gusta el dinero,
cómo me gustaría
ser uno de los hombres
más ricos del planeta.

Me gusta ese momento en que la gente te paga por lo que sea.

Creo que lo que me mataría de verdad es no tener dinero.
Eso mató a mis antepasados: no tener nada.

Me gusta recibir transferencias bancarias.

Pero no me estoy haciendo rico,
sólo me hago viejo.

Se acerca el momento final
Y sigo igual de pobre que siempre,
Igual de pobre que mi padre y el padre de mi padre,
raza negra de negros españoles,
y eso me mete mala y negra sangre en la cabeza.

Muy viejo e igual de pobre que todos los viejos de la tierra.

Mira que era pobre mi padre y mira que yo amaba
esa pobreza, los pobres elegantes españoles
con la frente llena del sol del Mediterráneo.
Mi padre era un Woody Guthrie de las montañas de
Huesca.
Era el mejor, siempre guapo, siempre radiante.
Pero se murió, así fue, se murió.

¿Por qué no soy rico si soy el mejor de los hombres,
si soy un santo,
si soy San Vilas,
muy colega de mis colegas,
un vitalista cordial?

Pagan mal en todas partes. Pagan mal en todo el planeta.
Pronto ya no pagarán nada, y volveremos adonde siempre
estuvo la gente com o yo, allí abajo, quemados,
enloquecidos,
ajusticiados, esclavizados, rotos.

¿Has visto cómo bajan los ríos de la tierra, llenos de cadáveres flotantes,
llenos de moscas que se posan en los labios
de los cadáveres golpeados por la tiranía universal?

No soporto envejecer,
dejar de ser la criatura más resplandeciente de la tierra.

Ser pobre y joven era tolerable

Ser pobre y viejo será un martirio.
Me comeré la pobreza y la vejez con ardiente mala sangre.
Y haré milagros, partiré el mar por la mitad
y me beberé las olas, los peces
y me beberé a todo el alto mando
de la marina de guerra norteamericana

Beberé almirantes, capitanes y delfines.
Beberé ballenas.

También me beberé al alto mando
de la marina mercante de los Estados Unidos.
Me beberé los portaviones de la OTAN.

Necesito cambiar de sangre,
de órganos,
de vísceras,
de cuerpo,
pero no de alma.

Mi alma estará bien siempre

“Hay días cueva y días abismo”
Roy Galán.

Hay días cueva y días abismo.

Hay días que pasan sin más, en los que el invierno te pilla aún con la sal en la espalda y días que tardan más de mil días en llegar.

Hay días mudos y días ruido.

Hay días gota que contienen la memoria de los días lluvia.

Hay días en los que otros rompen contigo y días a los que tú les pegas un puntapié acostándote antes de que anochezca.

Hay días clave y días arpegios y días en los que una canción te salva, de nuevo.

Hay días esclavos de celdas de excel y días libres de vuelos sin cobertura.

Hay días en que dormiste por primera vez con un extraño y días en los que te despertaste al lado de uno al que creías conocer.

Hay días en los que te rompieron la nariz de un puñetazo y días en los que dijiste nunca más.

Hay días en los que te traicionaste a más no poder y días en los que le gritaste a una silla a la que le reprochaste que no te hubiera abrazado lo suficiente.

Hay días que son isla y días que son marca antes de taladrar.

Hay días en los que te comes una y cuentas veinte y días casita en los que te gustaría no tener que tirar de nuevo el dado.

Hay días y díazos y el día que me quieras y vendrán días, han de venir, y los días raros que bailan como un lazo en un ventilador.

Hay días en los que querrás no haber nacido y días en los que sentirás que tus poros atraviesan firmamentos.

Hay días en los que enterraste a tu perro y días en que viste por primera vez una palmera.

Hay días en que fuimos juntos, días en que todavía eras tú solo y días en los que tan solo fui yo a medias.

Hay días en los que estaban todos y días en los que fue imposible que lo estuvieran.

Hay días máscara y días en los que la cara te tiembla.

Hay días trampa para la mente, para sentir que has hecho algo, que hemos estado, que seguimos siendo, aquí.

Hay días en los que el deshielo de los polos casi inunda los pies de tu cama.

Días en los que otros, simplemente, dejaron de latir.

Hay días sin ti y días después de ti.

Y sin embargo, aquí seguimos.

Días vivos.

Nos quedan tantos días, o tal vez solo uno.

Por si hoy fuera mi último día.

Gracias.

Y perdón.

Luego, ya metidos en faena poética, Cecilia no pudo contenerse y leyó el poema "Insomnio" del poemario "Hijos de la ira" que escribiera Dámaso Alonso en 1944 y que muchos habíamos visto sobrevolar no pocas veces por los versículos de algunas secuencias del texto de la novela "Ordesa".
También Mercedes, creo (ahora dudo si fue la misma Cecilia quien hizo el recitado del poema juanramoniano),  hizo lo propio con "Primavera amarilla" de Juan Ramón Jiménez. La letra de ambos textos es la siguiente:

“Insomnio”

de Dámaso Alonso

Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de tus noches?
“Primavera amarilla”

de Juan Ramón Jiménez

Abril venía, lleno
todo de flores amarillas:
amarillo el arroyo,
amarillo el vallado, la colina,
el cementerio de los niños,
el huerto aquel donde el amor vivía.

El sol unjía de amarillo el mundo,
con sus luces caídas;
¡ay, por los lirios áureos,
el agua de oro, tibia;
las amarillas mariposas
sobre las rosas amarillas!

Guirnaldas amarillas escalaban
los árboles; el día
era una gracia perfumada de oro,
en un dorado despertar de vida.
Entre los huesos de los muertos,
abría Dios sus manos amarillas.

Poemas Májicos y Dolientes (1909)

Por último, a petición de Inma, yo leí el poema "The end" que cierra el libro "Gran Vilas" de Manuel Vilas. En ese poema el escritor autoficcionaliza su propia muerte. Es en el fondo el final opuesto al de "Ordesa" que se cierra con una secuencia en la que el autor autoficcionaliza su propia gestación en Barbastro durante un caluroso día de principios de noviembre de 1961 cuando sus padres por amor se pusieron a ello. ¡Qué enorme es este Manuel Vilas!

THE END

Era noviembre del año 2051
Y el escritor Manuel Vilas agonizaba
En una habitación del hospital
La Paz de Madrid.

Tenía 89 años

Sus hijos y sus amigos estaban con él en la habitación.
Hijos y amigos sostenían las manos de Vilas.
Manos que no recordaban haber cogido el mundo.
Vias estaba lúcido.
Se moría de viejo,
Pero hablaba.

Veo una fiesta, veo gente bailando –dijo-,
Una gran fiesta tropical.
Yo tengo 19 años y no 89.
La gente se baña en el mar.
Vuelvo a ser joven y estoy enamorado.
Soy un ángel perfecto.
Soy inmortal.
Vuelvo a sentir el futuro como una puñalada
De alegría en el corazón.

Vilas expiró en ese momento,
Lleno de besos, de abrazos fuertes
Y de emocionados apretones de manos.

La tierra tembló y se abrieron los palacios celestiales.

Vilas estaba muerto.

Pensé que acabaría pegándome un tiro
O saltando por la ventana, pero he acabado como todos.

Habían estado besando a un muerto hediondo,
Pero no les importaba eso,
Eran los hijos y los amigos de Vilas.
Amaban a Vilas y Vilas les amaba.

En efecto, el médico de planta confirmó el fallecimiento.
Había algunos periodistas y algunos personajes imprecisos.

Mira que fui feliz, pero aún podía haberlo sido más
Y eso me está matando mucho más que esta muerte real.
Un fantasma más enamorado que el hombre
Muy enamorado que lo inspiró.’ 

Vilas parecía una momia.
Daba bastante asco.
Un cuerpo replegado sobre cuatro huesos.
Una boca aplastada.
Unos ojos gastados hasta lo indecible.
La frente era una arruga escandalosa.
Las manos eran pura podredumbre,
Los dedos no tenían forma,
Falanges vivas, en ingrávido retorcimiento.

Esto fue el Gran Vilas, finalmente.
El hombre más bondadoso de la tierra, finalmente.
El hombre más enamorado de la historia, finalmente.
Su paso por el mundo estaba consumado.

Gran Vilas, ¿regresarás?
Los grandes vuelven.
Pero para qué volver.

Seguid besándolo, los besos son nuestras rosas.


La  próxima tertulia
Tras el fervor poético vino la vuelta a aqueste bajo mundo. Vamos, quiero decir, que nos quedaba aún por comprar aceite, queso y dulces. Y así hicimos. Cerca del hermoso ayuntamiento de Mora entramos en una tienda de ultramarinos (no encuentro mejor palabra para denominarla) donde había todo aquello que íbamos buscando. Las enseñanzas de Jonathan se pusieron a prueba a la hora de elegir los aceites: que si de arbequina o picual, que si de mezcla de ambas, que si de la cooperativa, que si oliva virgen o virgen extra, que si de la Moncloa, que si... ¡Qué sé yo la cantidad de "quesíes" que sopesamos para comprar aceite! Bueno, la cosa fue que en poco tiempo finalizamos las compras y todo contentos marchamos a la plaza a sentarnos en una terraza para descansar, tomar un refrigerio y decidir título, día, fecha y hora de nuestro próximo encuentro

Leeremos "La uruguaya" de Pedro Mairal. Nos veremos el próximo 17 de mayo a las 19:00 horas en el kiosko "La Perla", en Rosales.

Espero no haberos cansado mucho. ¡Hasta la próxima!