Comenzaré por el principio. La jornada tertuliana la iniciamos siete integrantes de la misma (Ana, Mercedes, Mari Luz, Cecilia, Inma, Guida y quien realiza esta crónica, o sea Juan Carlos, yo mismo) a las 12 del mediodía visitando la citada exposición. Quienes habíamos leído o releído las dos entregas que de las aventuras de Alicia hizo Lewis Carroll —Alicia en el país de las maravillas y A través del espejo y lo que Alicia encontró allí, su continuación— nos sorprendimos al ver cómo la fantasía ideada por el profesor de matemáticas, fotógrafo, diácono y magnífico cuentacuentos que fue Charles Lutwidge Dodgson ha influido en el mundo desde que esas dos obras fueron publicadas. En la exposición se ve cómo la literatura, el cine, la filosofía, los movimientos artísticos, el teatro, etc. se han visto sacudidos por la enorme fuerza que emana de esta historia de fantasía ideada por el fotógrafo y profesor de matemáticas que fue Lewis Carroll. Todo queda debidamente ilustrado y justificado. En la muestra Los mundos de Alicia se pueden ver fotografías originales realizadas por el propio escritor, ediciones primeras de los cuentos, versiones cinematográficas (desde las del cine mudo hasta las últimas actuales protagonizadas por Johnny Deep y dirigidas por Tim Burton y James Bobin pasando, naturalmente, por el mundo Disney y su conocidísima película de animación); se puede comprobar la impronta dejada por el cuento en el surrealismo (Louis Aragon, Breton, Dali...), la utilización del cuento para cuestiones tan variopintas y aparentemente tan alejadas del mismo como la publicidad, la política real, e incluso la gastronomía; y un largo etcétera que no es el caso enumerar aquí.
Los siete salimos del Caixa Forum muy satisfechos por la calidad de la exposición que habíamos contemplado. Se acercaba ya la hora a la que habíamos quedado en el Restaurante con el resto de contertulios y el calor apretaba. Fue por eso que decidimos tomar un bus que nos acercase más cómodamente hasta El segoviano. Y a eso de las 14:00 nos encontramos sentados en la mesa que nos tenían reservada en el local. Quienes no habían podido acercarse al Caixa Forum (Mamen, Margarita y Teresa) fueron llegando al restaurante donde comimos con gran satisfacción por parte de todos si bien, como hemos comprobado ya tantísimas veces, la sonoridad del local y la larga mesa rectangular en la que nos ubicaron no favoreció para nada el adecuado intercambio de opiniones sobre las obras leídas. Siendo sincero, salvo unos breves instantes en que quien hablaba pudo hacerse oír adecuadamente por todo el grupo, lo que sucedió fue que la tertulia quedó escindida en dos subgrupos, de cinco miembros cada uno, que debatió cada uno por su parte especialmente sobre Libre de la albanesa Lea Ypi.
Fue este libro de Lea Ypi el que se llevó la parte del león de la tertulia en el restaurante dado que el de Lewis Carroll lo habíamos más que degustado durante las casi dos horas que estuvimos dentro de la exposición. Destacar, para cerrar el capítulo referido a Alicia en el país de las maravillas, que quienes así lo quisimos pudimos leer allí mismo el interesantísimo artículo publicado el pasado 22 de este mes en el diario El Pais con el título 'La Alicia del país de las maravillas era una auténtica filósofa' que firmaba Bernat Castany Prado. Muchas gracias, Ana, por traerlo a la tertulia.
Respecto a Libre hay que decir que la unanimidad sobre la satisfacción que había supuesto su lectura sólo se vio un poquito menoscabada por quien escribe esta crónica. A mí —luego alguna tertuliana también lo corroboró— el libro se me había hecho algo pesado entre otras cosas porque no me había descubierto nada en el aspecto documental y poco en el literario. Eso sí, y aquí me uní decididamente al grupo de mis compañeras, me pareció interesante la inocencia que muestra la niña-narradora que vive 'engañada' por su familia durante el período socialista, el enfado de ella cuando lo descubre, su posicionamiento decidido respecto a su amiga Elona a la que busca sin descanso y su tremendo desencanto cuando descubre el trabajo que realiza en Italia a donde marchó con el chico que le gustaba... De entre los personajes, además de la autora-narradora, destacamos a la abuela Nini sostenedora auténtica de la identidad familiar, arrebatada por el gobierno socialista y anteriormente en Tesalónica a su padre confiscadas muchas de sus propiedades; ella será la que luchará sin descanso para recuperar lo que les pertenecía y era constitutivo de su razón de ser familiar. La personalidad y actuación de la madre de Lea nos pareció algo sorprendente y la del padre, más creíble, pero no por ello menos sorprendente.Entre los valores más destacables del libro varias tertulianas citaron un cierto -aunque escaso ciertamente- humor que en ocasiones aparece en él. Pero sin lugar a dudas lo que más destacamos la mayoría fue la equidistancia mental y puramente racional que Lea Ypi, al igual que hiciera a lo largo de la vida su padre, tiene respecto a aspectos salvables de uno y otro sistemas políticos. Nada es malo absolutamente, al igual que nada es bueno siempre totalmente. Al respecto a Lea le llama mucho la atención cuando estudia en Italia escuchar decir a sus compañeros de estudios que el socialismo que ella vivió en Albania no era verdadero socialismo:
Muchos de mis amigos se declaraban socialistas: es decir, socialistas occidentales. Hablaban de Rosa Luxemburgo, León Trotski, Salvador Allende o Ernesto «Che» Guevara como si fuesen santos laicos. [...] Sus rostros se exhibían en pósteres, camisetas y tazas igual que lo hacían las fotos de Enver Hoxha en el salón de las casas albanesas cuando yo era niña. [...] Que me apropiara de la etiqueta socialista para describir mis experiencias y, al mismo tiempo, asimilarlas a su compromiso político era algo que a veces les parecía una provocación sospechosa a mis amigos universitarios. Solíamos ir a un gran concierto al aire libre en Roma que se celebraba todos los Primeros de Mayo y yo no podía evitar que aquello me recordase a los desfiles del Día de los Trabajadores de mi niñez. «Lo que vosotros teníais no era un verdadero socialismo», me decían casi sin poder disimular su irritación.Finalizamos la tertulia, al menos en el subgrupo de cinco al que yo asumí pertenecer, con varias citas textuales como la anterior que revelaban con claridad aspectos de interés contenidos en Libre de Lea Ypi.
Nuestra próxima tertulia
Al filo de las cuatro de la tarde procedimos a buscar fecha y lectura para nuestra tertulia de mayo. Se barajaron varios autores: Teresa dijo que por qué no leer algo de Vázquez Montalbán; Cecilia propuso homenajear a Martín Gaite leyendo algo suyo; yo cité a la japonesa Hiromi Kawakami, y aunque en ese momento no recordaba el título de la novela para leer, ahora sí que lo puedo decir: El cielo es azul, la tierra blanca; nombres de otros autores asiáticos se pusieron sobre la mesa y seguramente las compañeras del otro extremo de la mesa citarían nombres de escritores, que yo ahora mismo no puedo reproducir por no haberlos podido escuchar... Pero sea como fuera el caso es que en un momento dado nos decantamos por la última novela de Juan Gabriel Vásquez titulada Los nombres de Feliza. Ya Cecilia había lanzado la propuesta de leer esta novela en la tertulia anterior y ahora de nuevo el título fue puesto por su valor al tablero coronándose con éxito y siendo elegida por unanimidad de todos los asistentes.
Quedamos en reunirnos el miércoles 21 de mayo en la terraza Magadán del Pº de Rosales esquina Marqués de Urquijo. La hora, la de las siete de la tarde, 19:00 horas.
Hasta entonces, salud y buenas lecturas, amigas
Gracias, Juan Carlos, por tu excelente y fidedigna crónica. Yo salí con la sensación de no haber tenido Tertulia. Fui a la entrada a esperar a Teresa, cuando volví ya habíais comentado El mundo de Alicia, comimos, con abundante ruido, y cuando me di cuenta , habíamos acabado. Lo siento, me descuidé. Pensaba pedirles una pequeña sala para la Tertulia, pero no tuve tiempo.
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