Como habíamos acordado, a las 19:00 horas del 21 de marzo acudimos a la cafetería del Ateneo madrileño para hablar sobre "El mapa y el territorio" del autor francés Michel Houellebec. Hay que decir que la obra dio juego porque a nadie dejó indiferente, aunque como es lógico a unos gustó más y a otros algo menos. Las opiniones sobre la novela fueron variadas y atinadas. Intentaré señalar algunas de ellas perolas más de las veces no podré indicar el propietario de la misma porque el debate fue muy vivo y dinámico y porque el día de la tertulia el Ateneo de Madrid bullía de gentío al celebrarse las votaciones de su presupuesto anual.
Guida habló en primer lugar de que Houellebec presentaba las dos facetas de la vida representadas en esa calle de Zurich que aparece al final del relato: la alegre (el sexo, el prostíbulo...) y la seria (el "moridero chic"). En seguida Mamen mostró su discrepancia con el autor al decir que éste no dejaba nada abierto para que el lector lo interpretara; aquí hubo sus más y sus menos pues muchos pensábamos que lo que el novelista hace no es tanto explicar como mostrar la realidad tal cual es llegando eso sí hasta el detalle. Se pasó luego a hablar sobre la peculiar y cuestionadísima personalidad de Michel Houellebec, un autor que en Francia conoce sólo los extremos: o se le venera con pasión, o se le denigra con la misma pasión. Desde luego a los tertulianos les pareció algo engreido el que se presente como personaje dentro del relato; este desdoblamiento autor-actor nos llevó a plantearnos quién narraba: ¿era el mismo novelista o un narrador externo y objetivo cual si fuera cámara fotográfica? Bueno, bueno..., esto también dio juego. Pero si en algo casi todos estuvieron de acuerdo fue en la consideración de pegote o mala solución dada al asesinato del personaje, aunque como en todo debate que se precie no hubo al respecto asentimiento general. Por último, y quizás como consecuencia de haber obtenido "El mapa y el territorio" el Premio Goncourt de novela 2010, recordamos la última novela que habíamos leído de un premiado -la de Lorenzo Silva, La marca del meridiano- e hicimos una crítica semejante a aquella, la de que parecía ser una novela preparada ad hoc para ser premiada.
Dejo en el tintero muchas más aportaciones hechas en el curso del debate: por Inma, que recordaba con gusto otra novela de Houellebec de título "Lanzarote" (?); por mí mismo que insistí en el carácter sentencioso que salpica toda la novela [como si fuesen "greguerías" apostilló Cecilia]; por Mª Luz y Lourdes que apuntaron la soledad que desprendía el personaje; por Ana; por Carmen; por Mercedes; por... ¡todos! ¡Bravo! ¡Bien! ¡Magnífica tertulia!
Y luego ya iniciamos la búsqueda del nuevo título sobre el que debatir. Como es habitual se pusieron encima de la mesa obras de unos y otros autores; algunas citadas en encuentros anteriores fueron descartadas al haber sido ya leídas por alguno de los presentes y -dicho con lenguaje olímpico- no pasar el corte, pero en su lugar aparecieron otras. Así Cisnes salvajes de JUNG CHANG se decidió posponer su lectura para el verano dada su extensión, más de 600 páginas; y otros como Intemperie de Jesús Carrasco o Absolución de Luis Landero no entusiasmaron a quienes ya los han leído. Es por eso que decidimos agarrarnos a los valores seguros, o sea, a los clásicos, y sonó el nombre de Leon Tolstoi, bueno más bien sonó sólo su apellido porque el titulo propuesto El gigante resultó ser sí de Tolstoi pero no de Leo sino de un tal TOLSTOY SHARKE. Como espero que habréis recibido a través de vuestro e-mail, y dado que nos encontramos ya en periodo vacacional, me he permitido buscar otro título del clásico novelista ruso que fuese poco extenso pero que encerrase calidad y muestras de su alabado estilo; y ese título no es otro que el de La muerte de Iván Ilich que tan sólo tiene 130 páginas pero que es una joyita.
La cita la establecimos para el día 25 de abril, a las 19:00 horas en el pub de El Parnasillo situado en la calle de San Andrés, 33.
No hay comentarios:
Publicar un comentario